La Ley Natural Karma «Luz del Dharma» El Arya Saya Kunsal Kassapa Martínez Montsant

Capítulo 3

Buda

Cuando el camino se pierde, le sigue un período de oscuridad espiritual, un periodo que puede durar cientos de millones de años e incluso muchos Eones. Sin embargo, finalmente, dentro del Samsara, surge cierto ser, un hombre quien, mediante su propia sabiduría innata, mediante su propia fuerza y energía, sin ningún guía o maestro, redescubre el camino perdido hacia la liberación y él mismo lo sigue directamente hasta el final. Él realiza la meta última del nacimiento humano y alcanza el nibbana, para hacérselo saber de nuevo al mundo. El hombre que logra esta doble tarea de redescubrir el camino hacia el nibbana y de hacérselo saber de nuevo al mundo, este ser se llama Buda.

En cada época, o incluso en un único periodo, existe sólo un Buda historico. Un Buda no surge en ningún universo como una deidad de alguna clase, o como una encarnación de Dios (Avatara), un profeta o un mensajero con inspiración divina. Él aparece como un ser humano. Él comienza como un hombre atrapado, como nosotros, en las rondas de sufrimiento e imperfecciones en las que todos los seres están presos.

Sin embargo, él no es un hombre corriente, sino un hombre extraordinario (Açarya Purisa), con un inmenso potencial de inteligencia, energía y compasión, que ha desarrollado a lo largo de incontables vidas de auto cultivo. Durante estas incontables vidas, se ha preparado para su rol como un Buda, habiendo perfeccionando en sí mismo las cualidades requeridas, las virtudes llamadas paramis (1). En su última existencia, él rápidamente discierne la ineptitud de la vida humana a través de su sentido interior de misión, y avanza para encontrar la salida a la esclavitud y el sufrimiento. Entonces, lleno de compasión, tras haber descubierto el camino, él regresa para enseñárselo al mundo entero. Vemos esta función de Buda ilustrada para nosotros en un discurso (sutta), en el que ofreció la siguiente analogía: “Suponed que existe un distrito en particular donde la gente vive en gran pobreza y busca una forma de escapar a su condición. Entonces, de entre ellos, aparece cierto hombre, que se interna en el bosque en busca de otra tierra donde pueda llevar a sus vecinos. De pronto descubre un sendero dentro del bosque. Él le sigue hasta que llega a una antigua ciudad, una ciudad muy hermosa que ahora está desierta. Después de haber encontrado la ciudad, él regresa luego a su propio lugar y conduce a sus paisanos hacia la ciudad recién encontrada, que ellos reviven hasta que se vuelve próspera, exitosa y floreciente. Del mismo modo” —dice Buda— “yo he descubierto este camino que conduce desde la empobrecida ciudad del Samsara, la ronda del nacimiento y la muerte, la ronda del sufrimiento, hacia el esplendor del nibbana, el lugar de la liberación, y habiendo encontrado el camino, lo hago saber. Es el camino hacia la libertad desde el nacimiento, la enfermedad, el envejecimiento y la muerte”.

Es función especial de Buda el redescubrir el camino perdido que conduce a la liberación, que se halla siempre presente en el universo —“Loka dhata” (2)—, invisible para cualquier ser sintiente, y dar a conocer ese camino a todo el mundo. Haciéndoselo conocer al mundo, Buda abre de par en par el trayecto de la liberación a toda la humanidad y seres sintientes, de forma que otros pueden seguir el camino, y siguiéndolo, alcanzar la misma meta de la liberación que alcanzó Buda.

Los Budas no son únicos en lograr la emancipación del Samsara. Una vez que se conoce, aquellos que aprenden las enseñanzas pueden seguirlas y alcanzar la misma meta que aquellos que son llamados Arahat (3). Como se ha mencionado, en un tiempo específico, en un único periodo histórico del universo, puede haber sólo un Buda, pero sin embargo, puede haber muchos Arahats. Muchos discípulos que aprenden las enseñanzas de Buda pueden seguirlas y lograr la iluminación a través del camino que él da a conocer. Existen muchos niveles que atravesar, comenzando con el desarrollo de la conducta moral, la concentración y el conocimiento interno, que primero conducen al estado de Sottapani “el que entra en la corriente”. Con ese logro, todas las dudas concernientes a la realidad de nuestra naturaleza se desvanecen. Esto cierra la puerta a nacer en un plano inferior de existencia y asegura la liberación en no más de siete vidas.

Por lo tanto, la antorcha de luz que disipa la oscuridad espiritual en el ciclo de existencia dentro de la creación y la disolución del universo ha sido temporalmente encendida como una vela en un santuario para el beneficio de todos.

Cada Buda obtiene un alto logro como Buda mediante una carrera que abarca muchas vidas. Durante esta carrera él es llamado Bodhisatta, en Sánscrito Bodhisattva. Un Bhodisatta es un ser destinado a la plena iluminación para el beneficio de todos los seres sintientes. En sus sucesivas vidas como Bodhisatta, él trabaja para perfeccionar en sí mismo ciertas virtudes. Estas virtudes se conocen en Pali como paramis, las perfecciones sublimes, que logran madurez con su logro de la condición de Buda. Según las fuentes Pali, el Bodhisatta de nuestro propio Buda historico, el Buda Gotama comenzó hace incontables kappas (4), cientos y miles de kappas, y muchos Eones en el pasado. En la exención del Buda llamado Dipankara, que es el 26 Buda antes del Buda Gotama o Buda Sakyamuni, el Buda de nuestra era historica en ese tiempo un rico joven llamado Sumada. Cuando sus padres murieron y le dejaron una gran fortuna, el hizo honor a sus pradres antes de renunciar a la vida de jefe de familia y se convirtió en un ermitaño que vivía en el bosque practicando meditación. Un día llegó a un pueblo para reunir existencias y supo que un ser iluminado, el Buda Dipankara, llegaba a aquel mismo lugar. Cuando el Buda Dipankara entró en la localidad, el ermitaño Sumada se asombró tanto de sus modales majestuosos, de su presencia y serenidad, que se inclinó ante él en el cieno. He en su mente hizo crecer la aspiración de convertirse también en un Buda. Cuando el Buda Dipankara vio a este hombre ascético, tumbado sobre el cieno a sus pies, leyó su mente y pudo leer este deseo. Entonces, miró hacia el futuro y vio que esta personas se convertiría en un Buda llamado Gautama. A partir de ese momento, y durante cientos y miles de Eones en el futuro, esta persona se dedicó al desarrollo de las sublimes virtudes (parami), que madurarían con su condición de Buda.

Durante incontables vidas, el Bodhisatta se esforzó para perfeccionar estas cualidades en sí mismo, a veces dedicando varias vidas en sucesión al desarrollo de una sola perfección. A veces apareció como un animal, a veces como un ser humano, a veces como un ser celestial.

Su victoriosa consecución como Buda es un logro completo, un logro onmiabarcante, en el que todas las cualidades alcanzan total perfección. Es gracias a este logro, que los gunas (5) característicos de Buda se manifiestan en este mundo mediante su perfecta pureza, su gran sabiduría y gran compasión, otorgándole el derecho de ser un maestro para el mundo. Las tres características de Buda pueden entenderse de la siguiente manera:

Puesto que se eliminan todos los defectos, las acciones realizadas con su cuerpo, palabra y mente son totalmente puras. El Buda nunca puede hacer ninguna declaración impura, ninguna declaración que sea falsa, maliciosa, dañina para otros o frívola. Nunca puede abrigar ningún pensamiento impuro o motivado por la codicia, el odio, la ilusión o cualquier otro defecto. Esta es la plena pureza de Buda: de cuerpo, mente y palabra.

La segunda característica distintiva de Buda es su sabiduría o conocimiento. De hecho, es esta cualidad la que señala el término “Iluminado”. La sabiduría de Buda tiene profundidad y precisión. El Buda comprende las cosas con precisión, de forma exacta, verdaderamente como son. Su conocimiento abarca un amplio radio y puede proceder sin obstáculos para entender de forma profunda todo a quello en lo que enfoca su atención. El Buda es llamado “lokavidi”, “el conocedor de los mundos”. Se le atribuye esta designación debido a que su conocimiento abarca incontables sistemas planetarios y conoce las mentes y corazones de oros seres vivos, los grados de su madurez espiritual y su capacidad para comprender. Él conoce la forma correcta de presentarles las enseñanzas para despertar su entendimiento y conducirles a la liberación.

La tercera característica de Buda se denomina en Pali Mahakaruna. La gran sabiduría del Buda está guiada por su compasión. A través de ella, el Buda empaliza con los serss sintientes atrapados en el ciclo del sufrimiento. Por medio de la compasión, él trabaja para aliviar el sufrimiento de los seres enseñando el Dharma, que ha sido redescubierto, dándoles a conocer el Dharma, que les conducirá a la liberación a través de la erradicación de toda angustia.

Un rasgo que justifica la rápida propagación del Budismo fue la hábil capacidad de Buda para encontrar exactamente la forma más apropiada de enseñar a las persona, a dioses (deva) a través de su conocimiento especial. Él podía leer con rapidez los huecos ocultos del corazón de la persona, ver sus tendencias mentales, sus acumulaciones pasadas, sus preferencias y habilidades. De esta forma, él pudo adaptar sus enseñanzas de acuerdo a las necesidades y capacidades del que escuchaba, a quien él enseñaba de forma gradual y poco exigente.

El Buda histórico de nuestra era, el Buda Goutama, ha sido el cuarto Buda de este Eón. Él enseñó durante cuarenta y cinco años, desde que tenía treinta y cinco hasta que llegó a los ochenta. Desde entonces, su doctrina se ha divulgado por todas partes y ha establecido la Orden de monjes y monjas de la Sangha. Ahora existe un gran número de gente, entre monjes y monjas, hombres y mujeres laicos, que han logrado maestría sobre sus enseñanzas. Se han abierto a la posibilidad de la iluminación y han podido ver a través de la continua transmisión del Dharma, manteniendo la luz brillando para su propio beneficio y o para el beneficio de todos los seres.

Las enseñanzas de Buda

Existe la tendencia humana a clasificar. Por lo tanto, uno puede querer saber si las enseñanzas de Buda (Buda Sasana), llamadas Budismo hoy en día, constituyen una Religión, una Filosofía o un Sistema Ético. De acuerdo al significado del diccionario, el Budismo no es una religión porque no se centra en Dios como es el caso de todas las otras religiones. El Buda enseñó a los hombres a depender de sí mismos con el fin de alcanzar su propia liberación del ciclo de la existencia, señalando el camino para alcanzar el nibbana (6), que es la erradicación del sufrimiento tanto físico como mental, el logro que nos permite romper la cadena del ciclo de existencias. Puesto que Buda Gautama fue un ser humano supremo, él mismo alcanzó buddhahood, encontrando así las bellezas que nosotros mismos encontraremos a medida que transitamos el camino. Sin embargo, él no puede hacerlo por nosotros, sino que nosotros debemos recorrerlo para nuestra propia liberación.

Todos los seres humanos deben ganar la meta de la pureza y la nobleza por sí mismos, ya que ni el Buda ni ningún Dios pueden conducir a los hombres a la liberación. De este modo, el Budismo no es un sistema de fe y adoración que debe ningún tipo de lealtad a un ser sobrenatural, y tampoco requiere fe ciega de sus seguidores. Es mediante la confianza basada en el conocimiento, que en Pali se denomina saddha, que uno puede alcanzar su destino final. Un devoto Budista no busca refugio en el Buda con la esperanza de que pueda ser salvado gracias a la gloria personal de Buda. No es la tarea de Buda el lavar las impurezas o defectos.

En el Budismo no existe un Dios Todopoderoso al que temer y no hay revelaciones divinas o mensajeros divinos. El Budismo comienza con una búsqueda de la verdad, la verdad última de la naturaleza y sus fuerzas. No comienza con suposiciones concernientes a Dios o a primeras causas, y no trata de presentar la verdad plena del principio o fin de la peregrinación espiritual de la humanidad en forma de una Revelación Divina.

El Budismo tampoco es una filosofía, ya que no contiene ningún elaborado sistema de teorías y hechos (El Buda había anticipado este tipo de especulaciones modernas). El Budismo se refiere a la verdad, la naturaleza y sus fuerzas, y no tiene nada que ver con teorías y filosofías que pueden ser tiradas mañana por la borda. El Buda no nos ha presentado asombrosas teorías filosóficas, ni tampoco se ha aventurado a crear ninguna nueva ciencia material o ha explicarnos lo que está dentro o fuera, en lo que se refiere a nuestra emancipación. Al final, él estableció el camino de la liberación, que es único. Así, el Budismo no es meramente una filosofía sólo para buscar la sabiduría, sino que pone un énfasis especial en la práctica y la realización.

Las enseñanzas del Buda contienen un excelente código de moralidad, que es relevante en todas las épocas. Uno puede acercarse al discurso sobre Bendiciones (Mangala Sutta) o al discurso de la Bondad Amorosa (Metta Sutta) para comprender el alto nivel de instrucción moral. La moralidad es llamada en Pali Sila. Este es sólo el estado preliminar en el camino de purificación. Es un medio para alcanzar un fin, pero no un fin en sí mismo. La conducta es en sí misma insuficiente para lograr la liberación, sino que debe estar asociada con la sabiduría. En Budismo, la moralidad es la base y la sabiduría es la apariencia. La moralidad budista es un código racional e individual basado en actos verificables y en la experiencia individual. Las éticas Budistas son por tanto individualistas a la vez que altruistas. Completo, saludable (Kusala), incompleto, dañino (Akusala) y neutro (Abyakata) son los tres modos de las éticas Budistas. Un Budista no puede imaginar la cuestión de incurrir en el placer de un Dios. Esperanza por recompensas y miedo del castigo no son incentivos para que un Budista haga el bien o evite el mal, o incluso para que permanezca indiferente. De hecho, un budista trata de ser moral y virtuoso porque este es el medio básico de la liberación, la ayuda para progresar hacia la iluminación, el camino de la purificación mental.

Por lo tanto, el Budismo no es ni una religión, ni una filosofía, ni un código de ética corriente. Tampoco es una doctrina o una revelación divina, sino la enseñanza de la iluminación (7). Basado en la clara comprensión de la realidad, es un medio de liberación, o como se llama en Pali el Dhamma, o en sánscrito Dharma. El Dhamma es la enseñanza de la liberación en su totalidad, la luz que disipa la oscuridad espiritual, tal y como es redescubierta, realizada y proclamada por los Budas.

El Buda Gautama, el histórico Buda de nuestra era, otorgó felicidad a todos los seres celestiales (Devas) (8) y a la humanidad durante cuarenta y cinco años a través de su mensaje de paz y amor, antes de fallecer en paranibbana (9) a la edad de ochenta y cinco años, en el año 544.

Aunque él dejó el cuerpo, el Dhamma ha sido legado a través de un indestructible linaje de maestros de grandes logros. Sus 84.000 unidades de Dhamma se hallan detalladas en el voluminoso Tipitaka. Estas unidades conforman la esencia de las enseñanzas de Buda e incluyen el cesto o colección de disciplinas (Vinaya Pitaka), el cesto o colección de discursos (Sutta Pittaka) y el cesto o colección de las realidades últimas (Abhidhamma Pitaka).

El Tipitaka

El Tipitaka en Pali se contiene en varios libros, que se estima que suponen once veces el tamaño de la Biblia Cristiana. Estos requieren varios meses para que un inteligente erudito Pali simplemente los lea enteros. Resumiendo, los discursos ocupan diecinueve libros, las realidades últimas siete libros y las reglas disciplinarias cinco libros. Por lo tanto, existen un total de treinta y un libros sin incluir los comentarios preservados en el budismo Therevada.

El cesto o colecciones de disciplinas (vinaya) contienen normas para la Orden monástica. Las colecciones de discursos (sutta) consisten en los discursos de Buda a los individuos o asambleas de una amplia variedad de niveles de logro intelectual y moral. Sus discursos son por tanto a menudo expresados en forma de historias, parábolas e ilustraciones que su audiencia podía entender con mayor facilidad. El sistema del análisis penetrativo de la vida y la naturaleza se presentan en la colección de las realidades últimas (Abhidhamma). En este caso, los fenómenos físicos y mentales se dan sin adornos, sin usar historia, parábolas o ilustraciones, sino enumerando las cosas tal y como son en su sentido último.

Sin embargo, las enseñanzas más importantes se encuentran en las tres colecciones. Por ejemplo, la ley de causa y efecto, la originación interdependiente, denominado en Pali Pattisamuppada, y otras muchas enseñanzas importantes se encuentran en dos o tres de estos cestos. A menudo, los maestros de Myanmar mencionan que estos tres cestos tienen el mismo objetivo, que es guiarnos hacia la emancipación del sufrimiento de este ciclo de existencias, es decir, del sufrimiento del renacimiento, la enfermedad y la muerte.

El Dhamma, la enseñanza expuesta por el Buda, muestra el camino para escapar de toda clase de sufrimiento mediante el logro del nibbana, que es la perfección final que le permite a uno romper para siempre la cadena del renacimiento. El punto de partida del Budismo es el razonar y/o entender. En otras palabras es el punto de vista correcto, llamado en Pali samma ditthi. Para los buscadores de la verdad, Buda mencionó en el Kalama Sutta lo siguiente:

– No creed en nada a través de meros rumores
– No creed en nada que es tradicional sólo porque es viejo y se ha transmitido por generaciones.
– No creed en nada porque la costumbre de muchos años es considerarlo como verdadero.
– No creed en nada sólo debido a la autoridad de maestros, ancianos o sacerdotes.
– Tras una meticulosa observación, investigación y análisis con vuestra propia experiencia, cuando se muestre de acuerdo con la razón y conduce al bienestar de uno y de todos los otros seres vivos, aceptad eso como una verdad y vivid de acuerdo a ella.

El Budismo no obliga a nadie a creer ciegamente. Uno puede estudiar el Dhamma dado por el Buda, pensar sobre él con calma y de forma sabia y puede aceptarlo o no. El método de Buda tenía un análisis psicológico penetrativo y es sorprendente darse cuenta de cómo era de moderno su visión dentro de la ciencia.

Se puede ver que las enseñanzas de Buda son no-agresivas y morales, y ellas constituyen un sistema analítico penetrativo que no demanda fe ciega. Aboga por un genuino principio que guía al devoto a través del pensamiento limpio, las palabras puras y las acciones correctas, para ganar la sabiduría suprema y la perfecta emancipación de todo mal. El Budismo es una enseñanza que visiona una vida íntegra y útil, penetrándola para discernir su naturaleza real tal y como es. Proporciona a la humanidad una guía para comportarse que es valiente y serena.

El Budismo es el camino para deshacerse de todos los males de la vida, tales como la codicia, el odio y la ignorancia, que son la principal causa del samsara, el ciclo de la existencia. Es la enseñanza de las Cuatro Nobles Verdades (10), que tratan con los hechos fundamentales de la vida y con la liberación alcanzable a través de los propios esfuerzos del hombre hacia la purificación y la visión interna. Este camino responde las demandas tanto del corazón como de la razón y señala el liberado Camino del Medio (11), en Pali conocido como Mitjima Patipada, que conduce más allá de todo futuro y de los destructivos extremos en pensamiento y conducta. El Dhamma tiene y siempre será una llamada atemporal y universal, allí donde haya corazones y mentes suficientemente maduras para apreciar su mensaje.

No podemos negar que todos los seres sintientes tienen la tendencia natural de actuar de forma dañina. Esta tendencia se basa en la ignorancia, la fundamental y definidora condición de los seres sintientes. La ignorancia da lugar a tres tipos de emoción: el apego, la aversión y el desconcierto. Estas inspiran actos dañinos y engañan a nuestra mente no siendo capaces de apreciar nuestras propias circunstancias favorables. Muy pocos actúan de forma beneficiosa. Incluso entre aquellos que lo hacen, la capacidad para mostrar la conducta moral requerida para obtener un cuerpo humano es muy rara. Como resultado, los seres de los reinos más bajos son tan numerosos como los granos de tierra en el planeta. Más que eso, apenas hay suficientes seres sintientes con cuerpos humanos que vivan por el Dhamma. Cada uno de nosotros ha obtenido un cuerpo humano, y debemos aprender la importancia de ello, teniendo libre albedrío y la habilidad de hacer elecciones equilibradas y con sentido. Debemos tender una profunda confianza basada en el conocimiento, antes de actuar. Es parte de la existencia humana experimentar felicidad y miseria, permitiéndonos discernir entre lo bueno y lo malo, que son los inevitables efectos de algunas causas.

Desde el punto de vista budista, no existen recompensas o castigos, asignados a un alma que hace el bien o el mal por un omnisciente y sobrenatural poder gobernante.

La ley natural: el Kamma

Lo que es el Kamma está muy bien expuesto por el anterior Venerable Sayadaw Ashin Titila, de Myanmar, pío al compartir las enseñanzas de Buda en el Oeste, durante el periodo comprendido entre el año 1938 y el año 1983. Esta es su explicación.

El Kamma es una palabra Pali que significa acción. Se llama Karma en Sánscrito. En un sentido general, kamma significa acciones buenas y malas. Cubre toda calse de acciones intencionadas, ya sean mentales, verbales o físicas, o en la forma de pensamientos, palabras o actos. En su sentido último, el Kamma significa volición moral o inmoral. El Buda dice: “La volición moral, o Bikkhus, es lo que yo llamo acción (kamma). Teniendo voluntad, uno actúa mediante el cuerpo, la palabra y el pensamiento” (Anguttara Nikaya III).

El Kamma no es ni fatalismo ni una doctrina de predeterminación. Las influencias pasadas construyen el presente, pero no lo dominan, ya que el kamma es tanto pasado como presente. El pasado y el presente influencian el futuro. El pasado es la trayectoria contra la que la vida va momento a momento, y el futuro todavía no es. Sólo existe el momento presente, y la responsabilidad de usarlo para bien o para mal yace en todos y cada uno de los individuos.

Cada acción produce un efecto, que también es primero una causa y más tarde un efecto. De esta forma, hablamos de kamma como “la ley de causa y efecto”. Como ejemplo, arrojar una piedra es una acción. Cuando la piedra alcanza una ventana de cristal, la rompe. La rotura es el efecto de la acción de tirar la piedra, pero no es el final. La ventana rota es ahora la causa de otros problemas. Parte del dinero persona tendrá que destinarse a reemplazar el cristal, y si uno es incapaz de ahorrar dinero o de comprar algo con él que uno requiere para otro propósito, el siguiente sentimiento es de disgusto. Esto puede hacer que la persona se sienta irritable, y si no tenemos cuidado, podemos permitir que esa irritabilidad se convierta en la causa de hacer algo más que es erróneo. No hay final al resultado de la acción, no final para el kamma, por lo que debemos ser muy cuidadosos con nuestras acciones, para que su efecto sea bueno. Por lo tanto, es necesario que llevemos a cabo acciones que sean buenas y útiles, ya que regresarán a nosotros como buen kamma y nos hará suficientemente fuertes para emprender un nuevo kamma.

Arrojad una piedra en un estanque y observad el efecto. Se produce una salpicadura y surgen una serie de ondas y anillos alrededor del lugar donde toca la piedra. Ved cómo los anillos se vuelven más y más anchos hasta que se hacen tan grandes, que nuestros ojos no pueden seguirlos. La pequeña piedra causa alterar el agua del estanque, pero su trabajo aún no ha finalizado. Cuando las olas alcanzan el borde del estanque, el agua retrocede, hasta que empuja la piedra que la ha alterado.

Los efectos de nuestras acciones regresan a nosotros del mismo modo que lo hacen las olas con la piedra, y mientras nuestras acciones tengan una mala intención, las nuevas olas de los efectos regresan a nosotros y alteran nuestra vida una y otra vez. Si somos amables y pacíficos, las olas de problemas que regresan a nosotros se harán más y más débiles hasta que desaparecen. Por el contrario, el buen kamma volverá a nosotros en forma de bendiciones. Si por ejemplo plantamos una semilla de manzana, crecerá un manzano y dará manzanas. Si plantamos una semilla de mango, crecerá un árbol mango y dará mangos frutos. El Buda dice:

De acuerdo a la semilla que es plantada,
Así es el fruto que madura de ella,
El que hace el bien, recoge el bien,
El que hace maldad, recoge maldades.
Plantad la semilla, y probaréis el fruto resultante.
(Samyutta Nikaya, Vol. 1)

Todo lo que llega a nosotros está bien. Cuando algo agradable y placentero llega a hacernos felices, hemos de estar seguros de que nuestro kamma ha llegado a mostrarnos que hemos hecho lo correcto. Cuando algo desagradable viene a nosotros, nos hiere o nos hace infelices, nuestro kamma ha venido a mostrarnos nuestro error. No debemos olvidar nunca que el kamma es siempre justo. Ni ama ni odia, ni recompensa ni castiga. Ni nunca está furioso, ni complacido. Simplemente es la ley de causa y efecto.

El kamma no sabe nada acerca de nosotros. ¿Nos conoce el fuego cuando nos quema? No. Es su naturaleza el quemar, el darnos calor. Si lo usamos correctamente, nos da luz, cocina nuestra comida o quema cualquier cosa de la que queremos deshacernos, pero si lo empleamos de forma errónea nos quema a nosotros y quema nuestras propiedades. Su trabajo es quemar y nuestro asunto es usarlo de forma correcta. Estamos locos si nuestra furia crece y le culpamos de quemarnos, porque nosotros hemos cometido un error.

Existen desigualdades y multitud de destinos entre los hombres en el mundo. Por ejemplo, uno es inferior y otro superior. Uno perece en la infancia y otro a la edad de ochenta o cien años. Uno se encuentra enfermo y débil y otro es fuerte y saludable. Uno es guapo y otro es feo. Uno se cría entre lujo y otro en la miseria. Uno nace millonario y otro pobre. Uno es un genio y otro un idiota.

¿Cuál es la causa de las desigualdades que existen en el mundo? Los budistas no pueden creer que este tipo de variedades son el resultado de una suerte ciega. La propia ciencia se encuentra de hecho en contra de la teoría de la “suerte”. En el mundo de los científicos, todo trabaja de acuerdo con las leyes de causa y efecto. Tampoco los budistas creen que esta desigualdad del mundo se debe a un dios-creador.

Uno de los tres puntos de vista divergentes que prevalecían en tiempos de Buda fue que “Cualquier tipo de sentimiento de felicidad o dolor, como cualquier sentimiento neutro que una persona experimenta se debe a la creación de una Deidad Suprema” (Gradual Sayings, I.). Comentando sobre este punto de vista fatalista, el Buda dijo: “Entonces, debido a la creación de una Deidad Suprema, los hombres se convertirán en asesinos, ladrones, impíos, mentirosos, difamadores, abusivos, cotillas, codiciosos, maliciosos y perversos. Así pues, para aquellos que recurren a la creación de un Dios como la razón esencial, no hay ni deseo de hacer, ni necesidad de hacer un acto o abstenerse de otro”.

Refiriéndose a nueve ascetas desnudos que practicaban la auto-mortificación, el Buda dijo: “O Bikhus, si los seres experimentan dolor y felicidad como resultado de la creación de Dios. Entonces ciertamente estos ascetas desnudos deben haber sido creados por un Dios malvado, puesto que en el presente ellos están experimentando tan terrible dolor” (Devadha Sutta, Nº 101, Majjhima Nikaya, 11).

De acuerdo al Budismo, las desigualdades que existen en el mundo se deben, hasta cierto punto, a la herencia y al entorno, y, en una gran medida, a la causa o causas (kamma) que no tienen su origen sólo en el presente, sino que pudieron ser causadas por un próximo o remoto pasado. El propio hombre es responsable de su propia felicidad o miseria. Él crea su propio cielo e infierno. Él es el maestro de su propio destino, un hijo de su pasado y un padre de su futuro.

Las Leyes del Orden Cósmico

Aunque el Budismo enseña que el kamma es la principal causa de las desigualdades en el mundo, aún así no enseña fatalismo o la doctrina de predestinación, ya que no mantiene en vista que todo se debe a las acciones pasadas. La ley de causa y efecto (kamma) es sólo una de las veinticuatro causas descritas en la filosofía Budista (ver Compendio de Filosofía, pág. 191), o una de las cinco órdenes (Niyamas), que son leyes en sí mismas que operan en el universo. Estas son las siguientes:

1. Utu Niyama, orden físico inorgánico, p.ej., los fenómenos estacionales o los vientos y las lluvias. El infalible orden de las estaciones, los cambios característicos de cada estación, las causas de los vientos y las lluvias, la naturaleza del calor, etc., pertenecen a este primer grupo.

2. Bija Niyama, orden de acto y el resultado (orden físico orgánico), por ejemplo, el arroz producido por la semilla de arroz, el dulce sabor del azúcar de la caña de azúcar o la miel, las características peculiares de ciertas frutas, etc. La teoría científica de las células y genes y la similitud física de los gemelos pueden adscribirse a este orden.

3. Kamma Niyama, orden de acto y resultado, por ejemplo, los actos deseables e indeseables producen los correspondientes buenos y malos resultados. Tan seguro como que el agua busca su propio nivel, así sucede con el kamma, dando la oportunidad de producir su inevitable resultado, no en la forma de un premio o castigo, sino como una serie innata. Esta secuencia del acto y el efecto es tan natural y necesaria, como la trayectoria de la luna y sus ciclos.

4. Dhamma Niyama, la orden de la norma, por ejemplo, los fenómenos naturales que ocurren durante el advenimiento de un Bodhisatta en su último nacimiento. La gravitación y otras leyes similares de la naturaleza, la razón para ser bueno etc, pueden ser incluidos en este grupo.

5. Citta Niyama, la orden de la mente o ley física, por ejemplo, el proceso de conciencia, el despertar y el perecimiento de la conciencia, los constituyentes de la conciencia, el poder de la mente, etc. La Telepatía, la telestesia, la retro-cognición, la premonición, la clarividencia, la clariaudición, la lectura de pensamiento y todos los fenómenos psíquicos que son inexplicables para la ciencia moderna están incluidos en esta clase (Abhidhammavatara).

Estos cinco órdenes lo engloban todo en el mundo y cualquier fenómeno físico o mental pueden ser explicados por ellas. Siendo leyes en sí mismas, no requieren de legislador y el kamma como tal es sólo una de ellas.

Clasificación del Kamma

El kamma se clasifica en cuatro clases de acuerdo al tiempo en que se producen los resultados. Existe una clase de kamma que madura en la misma vida, kamma que madura en la vida siguiente y kamma que madura en sucesivos nacimientos. Estos tres tipos de kamma están obligados a producir resultados como una semilla ha de germinar. Sin embargo, para que una semilla germine se requieren ciertas causas auxiliares tales como tierra, lluvia etc. Del mismo modo, para que el kamma produzca un efecto también se requieren varias causas auxiliares, tales como circunstancias, entorno, etc. A veces ocurre que por querer tales causas auxiliares, el kamma no produce ningún resultado. Este tipo de kamma se llama Akhosi-kamma o “kamma que es inefectivo”.

El kamma también se clasifica en otras cuatro categorías de acuerdo a su función particular. En primer lugar está el kamma Regenerativo (Janaka), que condiciona el futuro nacimiento. En segundo lugar se encuentra el kamma de Apoyo (Upatthambaka),que asiste o mantiene los resultados del ya existente Kamma. A continuación está el kamma que Contrarresta (Upapitaka), que suprime o modifica el resultado del kamma reproductivo. Y por último está el kamma Destructivo (Upaghataka), que destruye la fuerza del kamma existente y sustituye sus propios resultados.

Hay otra clasificación relacionada con la prioridad de los resultados. Existe en kamma Serio o Pesado (Garuka), que produce sus resultados en la vida actual o en la siguiente. En la vertiente moral de este kamma, los estados mentales altamente refinados, llamados jhanas (12), son pesados porque producen resultados más rápidamente que los estados mentales no refinados. Por el contrario, las cinco clases de los series crímenes inmediatamente efectivos son pesados. Estos crímenes son matricidio, parricidio, el asesinato de un Arahat, herir a un Buda y la creación de un cisma en la Sangha.

El kamma de la muerte-próxima (Asanna) es la acción que uno realiza en el momento antes de morir, tanto física como mental, consistiendo esta última en pensar en las propias precias acciones buenas o malas, o abrigar buenos o malos pensamientos. Este es el kamma que, si no existe kamma pesado, determina las condiciones del próximo nacimiento.

El kamma habitual (Acinna) es la acción que uno realiza de forma constante. Este kamma es la ausencia del kamma de la muerte-próxima, que produce y determina el próximo nacimiento.

El kamma reservado (Katatta) es el último en la prioridad de resultados. Este es el kamma que no se ha gastado de un ser en particular y condiciona el próximo nacimiento si no opera el kamma habitual.

Otra clasificación del kamma se hace de acuerdo al lugar en el que se producen los resultados (13):

1. El kamma inmoral que produce su efecto en el plano de la miseria. Los estados lamentables.
2. El kamma Moral que produce su efecto en el plano del mundo de los deseos. El mundo sensual.
3. El kamma moral que produce su efecto en el plano de la forma. Eñ mundo material fino.
4. El kamma moral que produce su efecto en el plano de la sin-forma. El mundo inmaterial.

Las diez acciones inmorales y sus efectos

(I) El kamma inmoral se halla enraizado en la codicia (Lobha), la ira (Dosa) y la ilusión (Moha).

Existen diez acciones inmorales que son matar, robar, la no castidad (causadas por los actos), mentir, difamar, usar un lenguaje insultante, usar un lenguaje frívolo (están causadas por la palabra) y la codicia, la mala voluntad y el punto de vista falso (están causadas por la mente).

De estas diez acciones, matar significa la destrucción de cualquier ser vivo, incluidos los animales de todas las clases. Para completar esta ofensa de matar se requieren cinco condiciones: un ser, conciencia de que es un ser, intención de matar, esfuerzo y muerte consecuente.

Los malos efectos de matar son una vida corta, enfermedad, constante aflicción causada por la separación de los seres queridos y miedo constante.

Para completar la ofensa de robar son necesarias cinco condiciones: la propiedad ajena, la conciencia de que es así, la intención de robar, el esfuerzo y la supresión consecuencia de la propiedad. Los efectos de robar son pobreza, desdicha, deseos insatisfechos y supervivencia dependiente.

Para completar la ofensa de la no castidad (mala conducta sexual) son necesarias tres condiciones: intención de disfrutar el objeto prohibido, esfuerzo y posesión del objeto. Los efectos de la no castidad son tener muchos enemigos, obtener esposas indeseables, nacimiento como una mujer o como un eunuco.

Para completar la ofensa de mentir se necesitan cuatro condiciones: intención de engañar, esfuerzo y comunicación de la mentira a otros. Los efectos de mentir son estar atormentado por palabras abusivas, estar sujeto al vilipendio y a la incredibilidad.

Para completar la ofensa de difamación se necesitan cuatro condiciones: división de personas, intención de separarlas, esfuerzo y comunicación. El efecto de difamar es la disolución de la amistad sin causa suficiente.

Para completar la ofensa de usar un lenguaje insultante se necesitan tres condiciones: alguien a quien insultar, pensamiento furioso y usar un lenguaje soez. Los efectos del lenguaje insultante son ser detestado por los demás aunque se carezca de culpa y una voz dura.

Para completar la ofensa de usar un lenguaje frívolo se necesitan dos condiciones: la inclinación hacia el hablar de forma frívola y hacerlo. Los efectos de hablar con frivolidad son desorden en los órganos corporales y conversación inaceptable.

Para completar la ofensa de la codicia (abijjha) se necesitan dos condiciones: la propiedad ajena y un fuerte deseo por ella, diciendo “si esta propiedad fuese mía”. El efecto de la codicia es la insatisfacción de los propios deseos.

Para completar la ofensa de la mala voluntad (Byapada) se necesitan dos condiciones: otro ser y la intención de dañar. Los efectos de la mala voluntad son fealdad, varias enfermedades y naturaleza detestable.

El punto de vista falso (Micchaditthi) significa ver las cosas de forma errónea sin entender que son en realidad. Para completar la ofensa del punto de vista falso se necesitan dos condiciones: la manera pervertida de considerar algo y su mala interpretación de acuerdo a ese punto de vista. Los efectos del punto de vista falso son apego base, falta de sabiduría, enfermedad crónica e ideas dignas de culpa. (Expositor Pt. 1. p.128)

Las diez acciones morales y sus efectos

(II) El buen kamma que produce su efecto en el plano de los deseos. El mundo sensual.

Existen diez acciones morales que son la generosidad (Dana), la moralidad (Sila), la meditación (Bhavana), la reverencia (Apaçayana), el servicio (Veyyavacca), la transferencia de mérito (Pattidana), el regocijo en el mérito ajeno (Pattanumodana), escuchar la doctrina (Dhammasavana), exponer la doctrina (Dhammadesana) y formar puntos de vista correctos (Ditthijukamma).

La generosidad rinde riqueza. La moralidad le hace a uno nacer en familias nobles y en estados de felicidad. La meditación confiere nacimiento en planos de forma (mudo material fino) y en planos sin forma (mundo inmaterial) y ayuda a ganar alto conocimiento y emancipación. La reverencia es la causa de noble paternidad. El servicio es causa de un gran séquito. La transferencia de mérito hace que uno sea capaz de vivir en abundancia en un futuro nacimiento. Regocijarse en el mérito de otros produce alegría allí donde uno nazca. Tanto exponer como escuchar la Doctrina conducen a la sabiduría.

(III) El buen kamma produce su efecto en planos de forma (en los mundos materiales finos). Es de cinco tipos que son puramente mentales y hechos en el proceso de meditación.

1. El primer estado de jhana tiene cinco constituyentes: la aplicación inicial, la aplicación sostenida, éxtasis, felicidad y ecuanimidad.
2. El segundo estado de jhana ocurre junto con la aplicación sostenida, éxtasis, felicidad y ecuanimidad.
3. El tercer estado de jhana ocurre junto con éxtasis, felicidad y ecuanimidad.
4. El cuarto estado de jhana ocurre junto con ecuanimidad.

(IV) El buen kamma produce sus efectos en los planos sin forma (mundos inmateriales). Es de cuatro tipos que también son puramente mentales y hechos en el proceso de meditación.

1. Conciencia moral, residir en la infinidad del espacio.
2. Conciencia moral, residir en la infinidad de la conciencia.
3. Conciencia moral, residir en la vacuidad/nada.
4. Conciencia moral en la que la percepción es tan extremadamente sutil que no puede decirse si es o no es.

Libre albedrío

Como se ha afirmado anteriormente, el kamma no es destino, no es un destino irrevocable. Tampoco es recoger todo lo que uno ha sembrado en justa proporción. Las acciones (kamma) de los hombres no son absolutamente irrevocables y sólo unas pocas lo son. Si por ejemplo uno dispara una bala desde un rifle no puede recuperarla o desviarla de su meta. Sin embargo, si en vez de una bola de hierro por el aire, es una bola de marfil en un suave tapete verde lo que uno pone en movimiento con un palo de billar, uno puede mandar otra bola de la misma forma y cambiar su curso. No sólo eso, si uno es suficientemente rápido y no la ha lanzado con demasiado ímpetu, uno puede incluso girarse al otro lado de la mesa de billar y mandar contra ella una bola que pueda encontrarse directa en la línea de su curso y detenerla en el sitio. Con la última acción con el palo, uno puede modificar, o incluso en circunstancias favorables neutralizar completamente la acción previa. A ello se le parece mucho la forma en que el kamma opera en la amplia corriente de la vida. En este caso también, la acción que uno ha hecho un día posterior pueden modificar los efectos de una acción realizada el día previo. De no ser así, no habría posibilidad de que un hombre quedara libre del kamma, ya que sería perpetuamente una energía auto-continuada que nunca tendría fin.

Por lo tanto, el hombre tiene una cierta cantidad de libre albedrío y tiene siempre la posibilidad de moldear su vida o modificar sus acciones. Incluso la persona más viciosa puede mediante su libre albedrío y esfuerzo, convertirse en la persona más virtuosa. Uno puede cambiar en cualquier momento a mejor o a peor. Todo en el mundo, incluyendo al hombre, depende de las condiciones. Sin condiciones, ¿qué puede surgir o llegar a existir? Sin embargo, el hombre tiene sólo una cierta cantidad de libre albedrío y no plena libertad de elegir. De acuerdo a las enseñanzas de Buda, todo lo mental o lo físico, surge de acuerdo con las leyes y condiciones. Si no fuera así, reinarían el caos y la suerte ciega. Esto sin embargo es imposible que ocurra, ya que si fuera lo contrario, todas las leyes de la naturaleza que ha descubierto la ciencia carecerían de poder.

La real y esencial naturaleza de la acción, kamma , del hombre es mental. Cuando un pensamiento dado ha surgido en la propia mente cierto número de veces existe una tendencia explícita para repetir el acto. Así pues, cada acto, mental o físico, tiende a producir constantemente su simil. Si un hombre abriga un buen pensamiento, dice una buena palabra, hace una buena acción, el efecto en él es incrementar la tendencia a la bondad presente en él y a hacerle un hombre mejor. Si por el contrario él realiza un mal acto en pensamiento, en palabra o acción, fortalece en sí mismo sus malas tendencias y se convierte en un hombre malo. Habiéndose convertido en un hombre malo gravitará en la compañía de hombres peores en el futuro e incurrirá en infelicidades de varios tipos que por otro lado, el hombre de carácter que está continuamente creciendo tenderá de forma natural a la compañía de los buenos y disfrutará los placeres, comodidades y libertad los rudos choques de la vida humana que esa sociedad engendra.

En el caso de un hombre culto, incluso el efecto de un mal mayor puede ser minimizado, mientras que el mal menor de un hombre inculto puede producir su efecto al máximo de acuerdo a las condiciones favorables y desfavorables. El Buda dice:

“En este caso, O bhikkus, cierta persona es no disciplinada en cuerpo, es no disciplinada en moralidad, es no disciplinada en mente, es no disciplinada en sabiduría, es con poco bueno y menos virtud y vive dolorosamente en consecuencia de pequeñeces. Incluso un acto maligno que sea trivial cometido por este tipo de persona le conducirá a un estado de miseria”.

“En este caso, O Bikkhus, una cierta persona es disciplinada en cuerpo, es disciplinada en moralidad, es disciplinada en mente, es disciplinada en sabiduría, es con mucho bueno, es un gran ser y vive sin limitaciones. Un acto maligno similar cometido por este tipo de persona es expiado en esta vida misma y ni siquiera se manifiesta un pequeño efecto (tras la muerte), por no decir nada de uno grande”.

“Es como si, O Bikkhus, un hombre fuera a poner un terrón de sal en una pequeña taza de agua. ¿Qué creéis, O Bhikkus? ¿Se volverá salada e imbebible la pequeña cantidad de agua en la taza?”

“Sí, Señor”

“¿Y por qué?”

“Porque, Señor, había muy poco agua en la taza y y por eso se vuelve salada e imbebible por ese terrón de sal”.

“Suponed, O Bhikkus, que un hombre fuera a poner un terrón de sal en el río Ganges. ¿Qué creéis, O Bhikkus? ¿Se volvería en este caso el río Ganges salado e imbebible por el terrón de sal?”.

“Por su puesto que no, Señor”

“¿Por qué no?”

“Porque, Señor, la masa de agua del río Ganges es enorme y no se volvería salada e imbebible”.

“De la misma forma exactamente, O Bhikkus, podemos tener el caso de una persona que hace un acto ligeramente mal que le conduce a un estado de miseria. O de nuevo, O Bhikkus, podemos tener el caso de otra persona que hace el mismo acto negativo y trivial y lo expía en la vida presente. Ni siquiera se manifiesta un pequeño efecto (tras la muerte), por no decir nada de uno grande”.

“Podemos tener, O Bhikkus el caso de una persona que es conducida a prisión por medio penique, por un penique o por cien peniques o, de nuevo, O Bhikkus, podemos tener el caso de una persona que no ingresa en prisión por medio penique, por un penique o por cien peniques”.

“¿Quién, O Bhikkus, es llevado a prisión por medio penique, un penique o cien peniques? Aquel, O Bhikkus, que es pobre, necesitado e indigente. Éste, O Bhikkus, es llevado a prisión por medio penique, un penique o cien peniques”.

“¿Quién, O Bhikkus, no es llevado a prisión por medio penique, un penique o cien peniques? Aquel, O Bhikkus, que es rico, acaudalado y afortunado. Éste, O Bhikkus, no es llevado a prisión por medio penique, un penique o cien peniques”.

Exactamente de la misma forma, O Bhikkus, podemos tener el caso de una persona que hace algún ligero mal que le conduce a un estado de miseria. O de nuevo, O Bhikkus, podemos tener el caso de otra persona que comete el mismo acto trivial y lo expía en esta misma vida. Ni siquiera un pequeño efecto se manifiesta (tras la muerte), por no decir nada de uno grande” (Anguttara Nikaya, Parte 1).

El kamma como una herramienta

A medida que entendemos más la ley del kamma, vemos lo cuidadosos que debemos ser con nuestros actos, palabras y pensamientos y cuánta responsabilidad tenemos hacia nuestros semejantes. Viviendo en la luz de este conocimiento, aprendemos cierta lección de la doctrina del kamma.

PACIENCIA. Sabiendo que la Ley es nuestra gran ayuda si vivimos de acuerdo a ella, y que no podemos sufrir daño alguno si trabajamos con ella, y sabiendo también que esta Ley nos bendice justo en el momento adecuado, aprendemos la gran lección de la paciencia, de no excitarnos y de que la impaciencia es una comprobación de progreso. Cuando sufrimos, sabemos que estamos pagando una deuda y aprendemos, si somos sabios, a no crear más sufrimiento para el futuro. Cuando nos regocijamos, agradecemos la dulzura de ello y aprendemos, si somos sabios, a ser aún mejores. La paciencia confiere paz, éxito, felicidad y seguridad.

CONFIANZA. Siendo la Ley justa y perfecta, no es posible para una persona que entiende sentirse inquieta sobre ello.

NOTAS

1. Parami: acumulación de perfección. En la tradición Theravada se enumeran diez paramis; 1. Generosidad, 2. Disciplina Moral, 3. Renunciación, 4. Sabiduría, 5. Diligencia, 6. Paciencia, 7. Honestidad, 8. Determinación, 9. Bondad Amorosa y 10. Ecuanimidad.

2. Loka dhata: incontables mundos.

3. Arahat: es el cuarto y último estado de realización de la iluminación. El primero es “el que entra en la corriente” (Sotapanna), en el que uno erradica la duda y los puntos de vista erróneos relativos a su personalidad y realidad. En el segundo estado, conocido como “el que regresa una vez” (sakadagami), en el que algunos defectos, como la lujuria, el odio y la ilusión, han sido destruidos en cierta medida. En el tercer estado, “el que no regresa” (anagami), uno abandona por complete la lujuria sensual y el rencor, y finalmente, mediante el desarrollo del camino del Arahat, uno abandona totalmente los defectos de la codicia, el odio y la ilusión. Debido a este logro, no tienen lugar más existencias.

4. Kappas: Ver capítulo 2, Cosmología.

5. Gunas: cualidades o características especiales. Hay tres en un Buda y éstas son la pureza perfecta, la gran sabiduría y la gran compasión.

6. Nibbana: extinción total de los defectos. Ver capítulo 2, Cosmología, nota 15.

7. Iluminación: significa logro.

8. Devas: entre los siete planos sensuales bienaventurados, hay seis planos que corresponden a los cielos de la esfera de los sentidos, la morada de los devas o dioses. Estos planos suponen una longevidad más larga que en el mundo humano y una variedad de placer sensual más rica que, sin embargo, es inevitablemente impermanente. Ver en capítulo 2, “Planos de existencia”.

9. Paranibbana: Estado de inmortalidad alcanzado al fallecer por Buda Goutama, o cualquier ser iluminado.

10. Las Cuatro Nobles Verdades: el punto central de las enseñanzas budistas, éstas son 1.La Verdad del Sufrimiento, 2. La Verdad del Origen del Sufrimiento, 3. La Verdad de la Extinción del Sufrimiento.

11. El Camino del Medio (Maitjima Patipada): es el camino entre los extremos de la auto complacencia y la auto mortificación. Ver el Noble Óctuple Camino, capítulo 2, Cosmología, nota 15.

12. Jhana: absorción meditativa. En los Suttas sólo se mencionan cuatro Jhanas y se dice que la transición del primero al segundo jhana tiene lugar mediante el abandono simultáneo de la aplicación inicial (vitaka) y la aplicación sostenida (vicara). Así, el segundo jhana corresponde al segundo y tercer jhana del sistema del Abhidhamma, el tercer jhana corresponde al cuarto, y el cuarto al quinto jhana.

13. Resultados: Ver Planos de Existencia, capítulo 2, Cosmología, mundo sensual, mundos materiales finos, mundos inmateriales.

14. Nibbana: extinción de los venenos (Loba: codicia, Dosa: odio y Moha: ilusión).

Bibliografía

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