Vajrayana (Budismo Tántrico)

Vajrayana (Budismo Tántrico)

 

  El Vajrayana o Budismo Tántrico ha sido descrito como la última fase de desarrollo y evolución del pensamiento Budista, aunque durante mucho tiempo se ha malinterpretado como una “fase degenerativa” de éste. Al considerar el Budismo como un simple mensaje moral o como una mera enseñanza humanista, cuando uno se enfrenta con un sistema de conocimiento y práctica que recoge toda la magia y los elementos ocultos que el racionalismo rechaza, sólo puede explicarlo como una “fase degenerativa.” Afortunadamente son muchos ya los que han tenido acceso al estudio del Vajrayana (Budismo Tántrico) y hoy se tiene una apreciación y respeto mucho más maduros por esta noble tradición.

Las metafísicas del Vajrayana son parecidas al Tantrismo indio, un compuesto híbrido: un acontecer del Tantrismo indio, del Budismo Mahayana y de la esencia original del Chamanismo aborigen  (la tradición Bon) del  Tibet, China. Los seguidores del Vajrayana  postularon una iconografía sutil del cuerpo, compuesto de chakras, nadis y vientos sutiles. Al igual que en el Tantrismo indio, para alcanzar la iluminación se intentó manipular las fuerzas del cuerpo sutil a través del yoga. El Budismo Tántrico se separó muy pronto del Tantrismo de la India. En vez del posterior modelo de los siete chakras, se mantuvo el antiguo esquema de los cuatro chakras o centros del ombligo, el corazón, la garganta y la cabeza. Tanto el Budismo Tántrico como el Tantrismo indio construyeron un elaborado sistema de correspondencias.

Existe un gran número de importantes diferencias entre los dos tipos de Tantrismo. Por ejemplo, en el Tantrismo indio uno empieza por el chakra de la base y progresa hacia arriba. En el Budismo Tántrico uno comienza por la cabeza, que está considerado el nivel de conciencia mas “bajo”, y progresa hacia el corazón, que es el nivel de conciencia más “elevado”.

En el Tantra de la India la Kundalini es despertado a través de técnicas específicas de respiración y posturas de yoga. El prana o la fuerza vital del cuerpo sutil es manipulado a través de la respiración, mientras que el cuerpo físico lo es a través de una extensión del Hatha yoga que, como el lector puede recordar, se asoció desde un inicio con el Tantrismo indio. Por el contrario, en el sendero del Budismo Tántrico la fuerza vital se manipula mediante la mente y la concentración. A través de intensas visualizaciones de deidades y de la práctica de  Los Seis Yogas de Naropa, uno activa los “vientos” internos (prana o çi), el “néctar”.

En lugar de la Kundalini o “la Serpiente de Fuego”, en el Budismo Tántrico se habla del Tummo (literalmente “mujer fiera”). A través de una intensa visualización en el “punto bajo” (el chakra menor en la base del los órganos sexuales) el viento (prana) es llevado dentro de la abertura inferior del canal central, produciendo un intenso calor llamado Tummo. Como resultado del calor Tummo, los “néctares” se derriten y entran en el canal central. Los “néctares” rojos “femeninos” en el chakra del ombligo ascienden hasta el chakra del corazón, mientras que los “néctares” blancos del chakra de la coronilla descienden al mismo chakra del corazón. La bienaventuranza de los “néctares” que fluyen en el canal central es cien veces mejor que un orgasmo. Los “néctares”, moviéndose arriba o abajo del canal central, se funden en el “néctar indestructible”, llamado así debido a que es el néctar que transcurre vida tras vida portando consigo la “mente sutil” y el “viento sutil”, que finalmente entra en el chakra del corazón.

La entera visualización o estado meditativo es llamado estado de Generación ya que se propone construir o generar un cuerpo Búdico iluminado, el estado de Plenitud. Por ello el Vajrayana es conocido como la práctica que toma el resultado como camino. El propósito de todo ello es adquirir un “cuerpo ilusorio,” llamado así debido a que es un cuerpo inmaterial en vez de un cuerpo físico, que en el momento de la muerte  puede retener completamente la conciencia, adquiriendo así la Budeidad.

El Vajrayana, a menudo considerado como el tercer vehiculo (yana), es una extensión del Budismo Mahayana, del cual solo difiere en sus prácticas pero no en su filosofía.  Según el Budismo existen “tres giros de la rueda del Dharma.” En el primer giro, el Buda Sakyamuni enseñó el Dharma a través de las Cuatro Nobles Verdades en Sarnath, cerca de Varanasi. Esta primera rueda del Dharma condujo al surgimiento de la Escuela Hinayana, popularmente conocida como Theravada. En el segundo giro de la rueda del Dharma, el Sutra “La Perfección de la Sabiduría” fue enseñado en la montaña de Vulture’s Peak, junto a la antigua Universidad de Nalanda, y supuso el origen de las escuelas Mahayana. Las enseñanzas que constituyeron el tercer giro de la rueda del Dharma se entregaron en Shravasti y dieron a conocer que todos los seres poseen la Naturaleza Búdica. Este tercer giro del Dharma condujo al surgimiento del Vajrayana.

Arya Saya Kunsal Kassapa