Aquellos que reverencien a su padre y a su madre, así como a Buda,
con las palmas juntas sobre la frente y con temor reverencial y
veneración,
realizando sus deberes religiosos de forma regular de día y de
noche
y aquellos que son humildes y educados,
y que alimentan a sus padres con buenas comidas,
pueden librarse de los peligros de las tres calamidades
del hambre, la guerra y las epidemias.
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