Obra “Luz del Dharma” El Arya Saya Kunsal Kassapa Martínez Montsant
Capitulo 1
Las tres principales divisiones del Budismo
Existen tres principales divisiones de Budismo. Estas son Budismo Theravada (1), Budismo Mahayana (2), y Budismo Vajrayana. El Budismo Theravada también es llamado Budismo del Sur, puesto que en su inicio se difundio por países del área meridional, tales como la India del Sur, Sri Lanka, Myanmar y Tailandia. El Budismo Mahayana también es llamado Budismo del Norte, ya que se ha propagado por países septentrionales, como China, Corea y Japón. El Budismo Vajrayana también es llamado Budismo Tibetano porque se ha divulgado por el Tibet, aunque también se encontró en Nepal, Bután, Mongolia y China.
El Budismo Theravada y los Siddhas
El Maestro Director de la Montaña Nagama, el Siddha y Sayadaw (maestro religioso) de Myanmar, y sus regentes, los Siddhas y Sayadaws Pandita y Uttamakyaw son monjes ordenados en la Orden Theravada de Budismo, que se extendió por Myanmar durante el periodo Bagan. Otro Siddha destacado es el Botaw (maestro laico) Bo Htun Aung, un discípulo seglar de las enseñanzas de Buda, que cumple sus deberes entre la Sangha de Ordenación tal y como es prescrito por Buda.
Los Siddhas sostuvieron, y todavía sostienen, las enseñanzas que se difundieron por estos países del Sur. Al mismo tiempo, se especializaron con la transmisión del Venerable Siddha Ashin Upagote. Desde los tiempos de Buda, las enseñanzas de éste fueron gravadas por la Orden Theravada y transmitidas de generación en generación hasta hoy en día.
El Canon del Budismo Theravada
Cuando el Buda vivía, había muy pocos materiales para escribir y eran muy difíciles de obtener. Por lo tanto, sus enseñanzas no fueron escritas durante su tiempo, sino que fueron memorizadas por sus seguidores. Miles de discípulos memorizaron sus enseñanzas, y el Siddha y Sayadaw Uttamakyaw sabía de memoria el entero Canon Budista.
Las enseñanzas del Buda Gotama han sido preservadas y nos han sido entregadas. Se encuentran en el Tipitaka, un término Pali que significa literalmente “tres cestos” (ti-tres y pitaka-cesto). Esto se debe a que las enseñanzas de Buda se dividen en tres partes. La primera parte es conocida como el Suttanta Pitaka y contiene los Discursos. La segunda parte se llama Vinaya Pitaka y contmiene las reglas que Buda asentó para los monjes y monjas. La tercera parte es conocida como el Abhidharma Pitaka y engloba las enseñanzas de Buda respecto a su filosofía ética psicológica. Se sabe que cuando Buda daba un discurso a sus discípulos ordenados o a sus seguidores laicos, o cuando prescribió una regulación monástica en el transcurso de su ministerio de cuarenta y cinco años, aquellos monjes instruidos y devotos que se hallaban presentes se comprometían a memorizarlas de inmediato y a transmitirlas oralmente. De esta forma, las palabras de Buda se conservaron con exactitud y a su debido tiempo fueron transmitidas de maestro a estudiante. Algunos de los monjes que habían escuchado el sermón de Buda en persona fueron conocidos como Arahats. Por definición, ellos estaban libres de pasión, voluntad maligna e ilusión, y por tanto fueron capaces de retener perfectamente las palabras de Buda. De esta forma, se aseguró que las enseñanzas de Buda estuvieran preservadas de manera fidedigna para la posteridad. Incluso aquellos monjes devotos que no habían alcanzado todavía la condición de Arahat, pero que habían alcanzado uno de los tres estados de santidad, mantenían profundan memorias de lo que Buda había predicado, y pudieron retenerlo y rememorarlo palabra por palabra. Ellos fueron por tanto los custodios de las enseñanzas del Dharma.
Uno de estos monjes fue Ananda, el sobrino de Buda. Asistente y constante compañero durante los últimos veinticinco años de la vida de Buda, Ananda era muy inteligente y bien dotado, con la habilidad de recordar cualquier cosa hablada que hubiese escuchado. De hecho, fue su deseo expreso que Buda le transmitiera todos sus discursos a él, y aunque no era un Arahat, deliberó y aprendió de memoria, palabra por palabra, todas las enseñanzas de Buda, que difundió verbalmente a monjes, monjas y seguidores laicos. Los esfuerzos combinados de estos monjes dedicados y bien dotados hizieron posible que el Dharma (4) y el Vinaya fueran preservados en su estado original, como fue enseñado por Buda.
El Tipitaka Pali y la literatura a él ligada existen como resultado del descubrimiento de Buda del noble todo iluminado y liberador camino del puro Dharma. Este camino capacita a todos los que lo siguen a llevar una vida feliz y pacífica. En efecto, en estos días somos afortunados de tener las enseñanzas de Buda preservadas para generaciones futuras, a través de los esfuerzos conscientes y serios a través de las eras de sus discípulos ingresados en la Orden Budista. Buda le había dicho a sus discípulos que cuando él no estuviera más entre ellos, era esencial que la Sangha se reuniera con el propósito de recitar el Dharma colectivamente y con precisión, tal y como él lo había enseñado. De acuerdo con esta instrucción, los primeros Venerables Ancianos convocaron un concilio para asegurar que todos los discursos de Buda y las reglas monásticas fueran recitados fidedignamente, en concierto y palabra por palabra.
Las enseñanzas contenidas en el Tipitaka también se conocen como la Doctrina de los Venerables Ancianos (Theravada). Estos discursos se contaban en varios cientos y desde que el Primer Concilio fue convocado siempre han sido recitados. En consecuencia, se han convocado varios otros concilios debido a distintos motivos, pero en cada uno de ellos, los participantes de la Sangha han recitado en concierto, y palabra por palabra, el cuerpo entero de las enseñanzas de Buda. El primer concilio tuvo lugar tres meses después del fallecimiento de Buda y de que éste alcanzara el Paranirvana (5), y fue seguido por cinco más, dos de los cuales fueron convocados en los siglos diecinueve y veinte.
El Primer Concilio Budista
Buda murió a la edad de ochenta y cinco años, hace casi 2.600 años. Tres meses y cinco días después de la muerte de Buda en el año 544 A:C:, se celebró el primer Concilio Budista, que recibió el apoyo del rey Ajatshatru. El concilio fue presidido por Maha Kassapa y tuvo lugar en la Cueva Satiapanni, situada en las afueras de la ciudad de Rajagaja (hoy Rajgir) en la India. Se puede encontrar un relato detallado de este histórico encuentro en el Cullavagga del Vinaya Pitaka. En este concilio fueron recogidas y examinadas con meticulosidad las enseñanzas Budistas. Según lo registrado en el Cullavagga, el incidente que llevó al Venerable Anciano Maha Kassapa a convocar este concilio fue que éste escuchara un comentario de conspiración sobre la estricta normativa de la vida monacal. Este comentario fue pronunciado por un monje llamado Subhadda, un antiguo barbero que posteriormente recibió la Ordenación. Al saber que Buda había fallecido, puso voz a su resentimiento sobre el tener que aceptar todas las normas para los monjes, tal y como fueron establecidas por Buda. Un gran número de monjes se lamentaron por el fallecimiento de Buda y se hallaban profundamente consternados. Sin embargo, el Venerable Anciano Maha Kassapa escuchó a Subhadda decir: “Basta mis Reverencias. No os aflijáis ni os lamentéis. Tenemos suerte de habernos librado de este gran asceta (Buda). Recordad cómo nos sentimos de atormentados cuando él dijo: ‘esto os está permitido, esto no os está permitido’. Pero ahora seremos capaces de hacer lo que queramos y no tendremos que hacer lo que no nos complace”.
Maha Kassapa quedó alarmado por estas palabras y temió que el Dharma y el Vinaya las usaran de forma incorrecta. Para evitarlo, decidió que el Dharma tardío fuese preservado y protegido. Para ello, tras la aprobación de la Sangha, convocó a concilio a Ananda y a cuatrocientos noventa y nueve Arahats (6). Con el Venerable Anciano Maha Kassapa presidiéndolo, quinientos monjes se reunieron en concilio durante la estación lluviosa. La primera cosa que hizo Maha Kassapa fue preguntar al principal experto del Vinaya de la época, el Venerable Upali, sobre detalles de las normas monásticas. Este monje estaba bien cualificado para esta tarea, ya que el mismo Buda le había enseñado el Vinaya entero. Primero de todo, el Venerable Anciano Maha Kassapa le preguntó de forma específica acerca de la norma del primer delito (parajika (7)). Upali dio respuestas adecuadas y llenas de conocimiento y sus comentarios hallaron la unánime aprobación de la Sangha que presidía. Así pues, el Vinaya fue formalmente aprobado.
El Venerable Anciano Maha Kassapa volvió entonces su atención hacia Ananda, conocido por ser un reputado experto en todas las materias conectadas con el Dharma. Felizmente, la noche antes de que el Concilio se reuniera, Ananda alcanzó el estado de Arahat. El Venerable Anciano Maha Kassapa fue por tanto capaz de preguntarle extensamente y con entera confianza acerca del Dharma, con específica referencia a los discursos de Buda. Este interrogatorio sobre el Dharma tenía como intención verificar el lugar donde todos los discursos fueron pronunciados por vez primera y la persona a la que éstos habían sido dirigidos. Ayudado por su perfecta memoria, Ananda fue capaz de responder con precisión, y los Discursos hallaron la unánime aprobación de la Sangha. El primer Concilio también dio su aprobación oficial para la clausura del capítulo sobre las normas menores y la aprobación para su observancia.
Este histórico primer concilio vino a ser conocido como el Pançasatika, ya que en él tomaron parte quinientos Arahats plenamente iluminados. De hecho, todos sus quinientos participantes fueron Arahats. Como se ha mencionado previamente, cuando las enseñanzas fueron aprobadas por todos, se recitaron juntas. Este conjunto de recitaciones fueron un sello de aceptación y de autenticidad. Esto es por lo que los concilios Budistas se conocen como “Dharma Sangatis”, las “Recitaciones del Dharma”. Esto continuó durante siete meses, en los que se recogieron, escudriñaron y grabaron las enseñanzas de Buda. Después, se dividieron en tres tipos de colecciones o cestos, hoy conocidos como el Tipitaka o Tripitaka.
El Segundo Concilio Budista
El segundo Concilio Budista fue celebrado cerca de cien años después del Paranirvana de Buda. Tuvo lugar durante ocho meses en la ciudad de Vesali, en la India, y fue presidido por Yasa Mahatera, también conocido como Revata Mahatera. Contó con el apoyo del Rey Kalasoka, y setecientos Arahats participaron en él. El texto aceptado en el primer concilio fue reafirmado por este segundo.
El segundo concilio fue convocado con el fin de que se estableciera un serio debate sobre los llamados “diez puntos”, una referencia para algunos monjes que estaban rompiendo las diez normas menores del Budismo. Estas eran las siguientes:
1. Almacenar sal en un cuerno
2. Comer después del mediodía
3. Comer una vez y luego regresar un pueblo a pedir limosna.
4. Celebrar la Ceremonia Uposatha (8) con monjes residentes en la localidad.
5. Llevar a cano actos oficiales cuando la asamblea estaba incompleta.
6. Seguir una práctica determinada porque la estaba haciendo un maestro.
7. Ingerir leche agria después de la comida del mediodía.
8. Beber una bebida fuerte antes de que hubiera fermentado.
9. Usar una alfombrilla que no fuera del tamaño adecuado.
10. usar oro y plata.
Este tipo de fechorías se convirtieron en un problema y causaron gran controversia, ya que romper estas reglas se pensaba que contradecía las enseñanzas originales de Buda. El Rey Kalasoka fue el líder del segundo concilio y el encuentro tuvo lugar en Vesali debido a la siguiente circunstancia.
Un día, mientras visitaba en Bosque de Mahavana en Vesali, el Venerable Anciano Yasa se dio cuenta de que un gran número de monjes, conocidos como los Vajjian, estaban infringiendo la norma que prohibía a los monjes aceptar oro y plata, y estaban pidiéndolos abiertamente a sus devotos laicos. Inmediatamente, Yasa criticó este tipo de comportamiento. La respuesta de los monjes fue ofrecerle una parte de las ganancias ilegales, con la esperanza de que le convencerían. Sin embargo, Yasa declinó la propuesta y censuró su conducta. De inmediato, los monjes intentaron lograr una reconciliación formal, echando la culpa de todo a sus devotos seculares. Debido a esto, el Venerable Anciano Yasa se reconcilió con los devotos laicos, al tiempo que les convencía de que los monjes Vajjian habían actuado de forma errónea. Esto lo hizo citando la afirmación de Buda de la prohibición sobre aceptar o pedir oro y plata. Sin hacerse esperar, los hombres laicos expresaron su soporte a Yasa y declararon a los monjes Vajjian como malhechores y herejes, diciendo que “sólo el Venerable Anciano Yasa era un monje genuino y un hijo del Clan Sakya (9)., y que todos los demás no eran ni monjes ni hijos de este Clan”.
Los testarudos e impenitentes monjes Vajjian tomaron medidas para suspender a Venerable Yasa, y lo hicieron sin la aprobación del resto de la Sangha. Cuando Yasa se enteró de las consecuencias de este encuentro respecto a sus devotos laicos, se marchó en busca del apoyo de monjes que mantuvieran los mismos puntos de vista ortodoxos que él respecto al Vinaya. Finalmente, sesenta monjes de los bosques de Pava y ochenta monjes procedentes de las regiones medridionañes de Avanati, quienes sostenían las mismas opiniones que Yasa, le ofrecerieon ayuda para comprobar la corrupción del Vinaya. Todos juntos, decidieron ir a Soreyya y consultar al Venerable Revata, quien era un monje altamente venerado y un experto en el Dharma y el Vinaya. Tan pronto como los monjes Vijjian supieron esto, también se dispusieron a buscar el soporte del Venerable Revata, ofreciéndole los cuatro requisitos (10). Sin embargo, éste se apresuró a rechazarlos. Más tarde, los monjes trataron de usar los mismos medios con el asistente del Venerable Revata, el Venerable Uttara. Como era de suponer, éste también declinó su oferta. Ingeniosamente, ellos le persuadieron ingeniosamente para que la aceptaran diciendo que requisitos que se suponían importantes para Buda no eran aceptados por él. Al final, Uttara cambió de opinión y aceptó los requisitos. Empujado por la insistencia de los monjes, él acordó entonces ir a tratar de persuadir al Venerable Revata para que declarara que los monjes Vijjian eran en realidad defensores de la Verdad y sostenedores del Dharma.
Cuando el Venerable Anciano Revata se dio cuenta de la estratagema, se negó aprestarles apoyo y destituyó a Uttara. Para terminar con el asunto de una vez por todas, el Venerable Revata anunció que se celebraría un concilio llamado Valikarama, en el que él mismo haría preguntas sobre los diez delitos al Anciano más veterano del momento, el Thera (Anciano) Sabbakami. Una vez que su opinión al respecto fuese escuchada por un comité de ocho monjes, su validez se decidiría en votación. Los ocho monjes convocados para juzgar la materia fueron los Venerable Ancianos Sabbakami, Salha, Khujjasobhita y Vasabhagamika, del este, y cuatro monjes del Oeste, que fueron Revata, Sambhuta-Sanavasi, Yasa y Sumana. Todos ellos discutieron el asunto meticulosamente con Revata como interrogador y Sabbakami respondiéndole. Más tarde, setecientos monjes recitaron el Dharma y el Vinaya y esta recitación fue conocida como el Sattasati, ya que habían tomado parte en ella setecientos monjes. Este histórco concilio también se conoce como el Yasatthera Sangiti debido al importante papel que en él jugó el Venerable Anciano Yasa y a su entusiasmo en salvaguardar el Vinaya. Los monjes Vijjian se negaron categóricamente a aceptar la decisión del Concilio y en desafío convocaron su propio concilio, que fue llamado el Mahasangiti.
El Tercer Concilio Budista
El Tercer Concilio Budista fue en primer lugar celebrado con el fin de liberar a la Sangha de corrupción y monjes fraudulentos que sostuvieran puntos de vista herejes. El Concilio se convocó en el año 326 a.c., 243 años después del Paranirvana de Buda. El tercer concilo Budista tuvo lugar en la India, en la ciudad de Pataiputta, hoy llamada Patna. El monje que lo presidió fue Moggaliputta Tissa y el rey que brindó su apoyo fue el emperador Ashoka. Mil monjes participaron en ese concilio, que duró nueve meses.
Ashoka fue coronado doscientos ochenta y tres años después del Paranirvana de Buda. Al principio, él rindió muestra de homenaje al Dharma y a la Sangha y apoyó también a miembros de otras sectas religiosas, como su padre había hecho antes que él. Sin embargo, todo esto cambió cuando se encontró con el pío monje novicio Nigrodha, quien le sermoneó el Appamada-vagga (11). Después de este encuentro, Ashoka dejó de apoyar a otros grupos religiosos y su interés y su devoción por el Dharma se profundizaron. De hecho, se dice que empleó su gran riqueza para construir ochenta y cuatro mil pagodas (12), templos y viharas (13) y que a dirario y de forma generosa apoyó a Bikkhus (14) con los cuatro requisitos. Su hijo Mahind y su hija Saghamitta recibieron la Ordenación y fueron admitidos en la Sangha. Finalmente, su generosidad causó serios problemas dentro de ésta, y a su tiempo la Orden sufrió la infiltración de hombres poco dignos, quienes sostenía puntos de vista herejes y quienes fueon atraidos a la Orden debido al generoso apoyo del Emperador y a sus costosas ofrendas de comida, ropa, techo y medicina. Un gran número de hombres impíos y avariciosos con erróneas intenciones trataron de unirse a la Orden, pero fueron considerados inadecuados para ordenarse. Pese a ello, los Bikkhus fraudulentos continuaron explotando la generosidad del Emperador para sus propios fines y donaron túnicas e ingresaron en la Orden sin haber recibido la Ordenación adecuada. En consecuencia, disminuyó el respeto por la Sangha. Cuando esto salió a la luz, algunos de los monjes genuinos se negaron a mantener la purificación prescrita, la ceremonia Uposatha, en la compañía de estos mojes corruptos.
Cuando el Emperador escuchó esto, procuró rectificar la situación y envió a uno de sus ministros para que se reuniera con los mojes y les ordenara llevar a cabo la ceremonia. Sin embargo, el Emperador no le había dado al ministro órdenes específica sobre qué medios emplear para cumplir su mandato. Los monjes se negaron a obedecer y celebraron la ceremonia de sus falsos y ladrones compañeros (theyyasinivasaka). Desesperado, el furioso ministro descendió hacia donde se sentaba las línea de monjes y, desenvainando su espada, les cortó a todos la cabeza uno tras otro, hasta que llegó al hermano del rey, llamado Tissa, a quien él había ordenado. El horrorizado ministro detuvo la matanza y huyó de la sala. Luego, le informó de todo al Emperador Ashoka, quien se sintió profundamente dolido y deprimido por lo que había ocurrido, culpándose a sí mismo de las muertes. Buscó el consejo del Thera Moggaliputta Tissa, proponiendo que los monjes herejes fueran expulsados de la Orden. También convocó de inmediato un tercer Concilio. De esta forma, fue en el decimoséptimo año de reinado del Emperador, cuando se convocó el Tercer Concilio Budista, que duró nueve meses. El Moggaliputta Tissa encabezó los actos y un total de mil monjes de los sesenta mil participaron en la tradicional recitación del Dharma, recitando el Vinaya, los Discursos y el Abhidharma El propio Emperador interrogó a muchos monjes procedentes de distintos monasterios sobre las enseñanzas de Buda, y aquellos que expresaron falsos puntos de vista fueron expulsados inmediatamente de la Sangha. De esta forma, la Sangha fue purgada de Bikkhus herejes y fraudulentos.
Este concilio también logró otras muchas cosas importantes. Una de ellas fue que, con el fin de rebatir a los herejes y para asegurar que el Dharma se mantuviese puro, el Venerable Anciano Moggaliputta Tissa compiló un libro durante el concilio titulado el Kathavatthu. Esta obra consistía en veintitrés capítulos y es una colección de discursos (katha) y refutaciones de las opiniones herejes sobre asuntos filosóficos sostenidas por varias sectas. Es el quinto de los siete libros del Abhidharma Pitaka. Los miembros de este Concilio también dieron un sello de aprobación real a la doctrina de Buda, llamándolo el Vibhajjavada, es decir, la Doctrina del Análisis, que es idéntica a la aprobada doctrina Theravada.
Otro de los más significantes logros de esta asamblea Budista, que rendirá frutos en siglos venideros, fue el envío por parte del Emperador de monjes bien versados en el Vinaya, los Discursos y el Abhidharma y capaces de recitar dichos cestos de memoria, a enseñar a nueve países distintos. Estos monjes Dharmaduta incluían al Venerable Majjhantika Thera, quien fue a Kashmir y Gandhara, donde recibió el mandato de predicar el Dharma y establecer una Orden de monjes. Asimismo, el Venerable Mahadeva fue enviado a Mahinsakamandala (la moderna ciudad de Mysore), y el Venerable Rakkhita Thera fue enviado a Venavasi (el norte de Karnataka, en el sur de la India), el Venerable Yonaka Dharmarakkhita Thera fue enviado a el sector septentrional de Aparantaka (norte de Gujarat, Kathiwaea, Kutch y Sindh). Del mismo modo, el Venerable Maharakkhita Thera marchó ahacia Yonaka-loka (la tierra de los Jónicos, Bactrians y los Griegos), el Venerable Majjhima Thera fue a Himavant (el lugar colindante a los Himalayas), y el Venerable Sona y el Venerable Uttara fueron enviados a Suvannabhumi (ahora Myanmar). Por su parte, el Venerable Mahindra Thera, el Venerable Ittiya Thera, el Venerable Uttiya Thera, el Venerable Sambala y el Venerable Bhaddasala Thera se dirigieron a Tambapanni (hoy Sri Lanka. La misión del Dharma de estos monjes fue culminada con éxito y supuso grandes frutos en el transcurso del tiempo, ennobleciendo a las gentes de esas tierra con el regalo del Dharma e influenciando en sus civilizaciones y culturas.
El Cuarto Concilio Budista
El Cuarto Concilio Budista se celebró en Tambapanni (Sri Lanka) en el año 29 A.C., bajo el patronazgo del Rey Vattagamani. La principal razón para su convocatoria fue el reconocimiento de que para la mayoría de los monjes no era posible retener el entero Tipitaka de memoria, como había sido el caso anteriormente del Venerable Mahindra y de todos aquellos que lo seguían.
Algunos años antes, hubo una gran rebelión en Sri Lanka y los monjes se dispersaron hacia el Sur de la India. Sin embargo, allí era difícil obtener alimentos y algunos monjes se quedaron atrás en Sri Lanka. Aunque fueron tiempos difíciles tratando de sobrevivir, esos monjes mantuvieron intactas las enseñanzas de Buda. La rebelión duró 12 años.
Una vez que la revuelta hubo cesado, los monjes que se habían marchado al Sur de la India regresaron a Sri Lanka. Cuando los monjes que habían permanecido en Sri Lanka se encontraron con ellos, estos últimos comprobaron las enseñanzas de Buda, que habían aprendido de memoria. Tras ese proceso, se dijo que las enseñanzas se hallaban completas e intactas.
De esta manera, puesto que el arte de escribir ya se había desarrollado sustancialmente es esa época, se creyó oportuno y necesario tener escrito el cuerpo entero de las enseñanzas de Buda. El rey Vattagamani respaldó la idea de los monjes y se celebró un concilio específicamente con el propósito de poner por escrito el entero Tipitaka, de forma que el Dharma genuino pudiera estar finalmente preservado. El Venerable Maharakkhita y quinientos monjes recitaron las palabras de Buda y después las escribieron sobre hojas de palma. Este destacado proyecto tuvo lugar en una cueva llamada La Alokalena, situada en una grieta cerca de Matale, a alguna distancia de Kanty. Así, el objetivo del Concilio fue logrado y se aseguró la preservación por escrito de las enseñanzas de Buda. En el siglo XVIII, el rey Vijayarajasiha tenía imágenes de Buda creadas en esta cueva.
El Quinto Concilio Budista
En 1871, se celebró otro concilio Budista en Myanmar, en la ciudad de Mandalay. Contó con el apoyo del Rey Mindon, quien fue el segundo y último rey de Myanmar. El objetivo principal de este encuentro fue recitar todas las enseñanzas de Buda y examinarlas en minucioso detalle para ver si cualquiera de ellas había sido alterada, distorsionada o acortada. El concilio fue presidido por tres Venerables Ancianos, Mahather Jagarabhivamsa, Narindabhidhaja y Sumangalasami, en la compañía de unos dos mil cuatrocientos monjes. Su recitación del Dharma al unísono duró cinco meses. Fue el trabajo de este concilio el que causó que el entero Tipitaka fuera inscrito para la posteridad en setecientos veintinueve losetas de mármol en la escritura de Myanmar, después de que su recitación había sido completada y aprobada de forma unánime. Esta monumental tarea fue llevada a cabo por los mencionados dos mil cuatrocientos monjes eruditos y muchos artesanos de gran habilidad. Después de completar cada loseta, estos últimos las enclaustraron en pagodas Pitaka en miniatura, situadas en un lugar especial en los terrenos de la Pagoda Kuthodaw del rey Mindon, al pie de la Colina de Mandalay. Aquí es donde el considerado como “el libro más largo del mundo” se encuentra hasta hoy en día.
El Sexto Concilio Budista
El Sexto Concilio se convocó en Kaba Aye, en Yangon, el antiguo Rangún, en 1954. Esto fue ochenta y tres años después de que el quinto concilio se celebrara en Mandalay. Contó con el patrocinio del Gobierno Birmano, liderado por el Primer Ministro, el Honorable Sr. Un o A Un en Birmanes. Él autorizó la construcción de la Maha Paisana Guha, “la gran cueva”, una cueva artificial similar a la Cueva Sattapanni de la India, donde había tenido lugar el primer Concilio. Tras finalizarse, el Concilio se reunió el 17 de Mayo de 1954. Como fue el caso de los concilios precedentes, su primer objetivo fue afirmar y preservar los genuinos Vinaya, Discursos y Abhidharmma. Sin embargo, fue único, ya que los monjes que tomaron parte en él vinieron de ocho países distintos. Estos dos mil quinientos instruidos monjes Theravada vinieron de Myanmar, Camboya, India, Laos, Nepal, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam. Al último Sayadaw (maestro religioso) Mahasi le fue adjudicada la noble tarea de preguntar las requeridas cuestiones concernientes al Dharma alVenerable Bhadanta Viçittasarabhivamsa. Fueron respondidas de forma cultivada y satisfactoria. En el momento en el que el concilio fue convocado, todos los países participantes habían traducido el Tipitaka Pali a sus lenguas nativas, con la excepción de la India.
La tradicional recitación de las Escrituras de Buda llevó dos años y el Tipitaka y otra literatura con título en todos los manuscritos fue examinada meticulosamente, las diferencias anotadas y hechas las necesarias correcciones. Después, todas las versiones fueron cotejadas. Felizmente, se vio que había poca diferencia en el contenido entre los textos. Al final, después de que el Concilio los hubiera aprobado de forma oficial, todos los libros del Tipitaka y sus comentarios fueron preparados para su impresión y publicación en la escritura Birmanesa. Este notable logro fue posible gracias a los dedicados esfuerzos de dos mil quinientos monjes y numerosos laicos. Su trabajo llegó a su fin en 1956, dos milenios y medio después del Paranirvana de Buda. Este trabajo de concilio fue un éxito único llevado a cabo por representates de todo el mundo Budista.
El resultado de este sexto Concilio Budista fue que ahora existen las enseñanzas de El Buda Goutama, reconocidas como el Tipitaka, al igual que comentarios y subcomentarios. En total hay 117 volúmenes. Por lo tanto, las enseñanzas de Buda que al principio fueron traspasadas de maestro a discípulo por vía oral, unos 400 años después del fallecimiento de Buda fueron escritas sobre hojas de palma y ahora están impresas en forma de libros. Esto ha asegurado que la tradición Theravada exista hasta la actualidad.
NOTAS
1. Theravada: Literalmente, “La Doctrina de los Ancianos”. La primera Orden que apareció tras la primera enseñanza de Buda, que enfatiza el examen cuidadoso de la mente y la materia.
2. Mahayana: Literalmente, “el gran vehículo”. Según sus seguidores, estas son las enseñanzas del segundo giro de la rueda del Dharma, que enfatizan shunyata (vacuidad), la compasión y la naturaleza Budica. El propósito de la Iluminación es liberar a todos los seres sintientes, al igual que a uno mismo, del sufrimiento. Las escuelas de filososfía Mahayana aparecieron varios cientos de años después del paranirvana de Buda, aunque la tradición puede remontarse a una enseñanza que se dice que éste dio en Rajgriha o la Montaña del Pico de Buitre.
3. Vajrayana: Literalmente, “como un diamante” o “capacidad indestructible”. Aquí, Vajra se refiere al método, por lo que uno puede hablar del método yana. Yana significa literalmente “vehículo”. El Vajrayana se basa en los Tantras y enfatiza el aspecto de la claridad de los fenómenos. Como por ejem: Un practicante del método del resultado como camino.
4. Dharma: Este término tiene dos significados principales. Primero, cualquier verdad como que el cielo es azul y por lo tanto están incluidos cualquier estado, cosa o fenómeno. Segundo, las enseñanzas de Buda como se refiere a este contexto.
5. Paranirvana: Estado alcanzado por Gautama Buda o cualquier ser iluminado al fallecer, puesto que se dice que no mueren por haber logrado el estado de la inmortalidad en vida o de la inmortalidad consciente (reailización).
6. Arahat: El nivel más elevado de iluminación. El último estado de realización. Ver capítulo 3, nota 3.
7. Parajika: La primera de las cuatro clases de ofensas. Éstas son el acto sexual, tomar lo que no ha sido dado, matar a un ser humano y clamar falsamente haber alcanzado el logro espiritual, como por ejemplo pretender haber logrado el camino de Jhana y el fruto. Un monje (Bikkhu) que comete una de las anteriores ofensas no tiene derecho a permanecer en la Orden de Bhikkus y ha de regresar a la vida de un laico o permanecer como novicio (samanera). De los 227 preceptos establecidos para la vida de monje, estas cuatro ofensas son las más serias.
8. Ceremonia Uposatha: Es la ceremonia celebrada en el día de luna llena o en la luna nueva, el día 1 o 15 del mes, cuando los monjes se reúnen juntos y recitan el Patimoka, el código entero de las éticas que debe aplicar la Orden monástica.
9. Hijo del Clan Sakya: Antes de su logro, Buda fue el Bhodisatta Sidharta, nacido en la Familia real Sakya. Por lo tanto, aquellos que practican y siguen su enseñanza y que entran en la Orden Budista fueron y son llamados el hijo o hija de Buda o hijo o hija del Clan Sakya.
10. Los cuatro requisitos: Estos son alimento, ropa, refugio y medicina.
11. Appamada-vagga: grupo de personas sin atención.
12. Pagoda: Relicario o objeto de ofrenda o de acumulación de mértio. Una pagoda, también llamada stupa, contiene reliquias de Buda o de cualquier ser iluminado. Son puntos focales de veneración en el camino de la iluminación. Cualquier acto irrespetuoso hacia estos objetos en también irrespetuoso hacia la propia iluminación.
13. Vihara: Lugar de residencia para monjes o practicantes, hoy conocido como monasterio.
14. Bhikku: Monje que ha recibido plena ordenación en la Orden Budista.
Bibliografía
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Suttanta Pitaka, Majjhima Nikaya (Discursos del Buda de extensión media). Veinticinco Suttas de Majjhimapannasa. Cula Malukya Sutta. (El discurso menor a Malukya), Myanmar Pitaka Association, Rangún, Myanmar 1990.