Cosmología Budistas «Luz del Dharma» El Arya Saya Kunsal Kassapa Martínez Montsant

Obra “Luz del Dharma” El Arya Saya Kunsal Kassapa Martínez Montsant

Capítulo 2

Cosmología Budista

Según las enseñanzas de Buda, el universo físico no tiene límites que puedan descubrirse en el tiempo o el espacio. El universo se extiende de forma ilimitada, sin principio en el tiempo y sin límite alguno respecto a sus dimensiones espaciales. Se expande en el tiempo y el espacio y consiste en innumerables mundos. En la lengua Pali se expresa como “Loka dhata”.

Diversos aspectos especulativos comunes y ampliamente reconocidos respecto al principio y el fin del mundo, a la limitada o ilimitada naturaleza de su extensión en el espacio, y a una variedad de preguntas que se refieren al alma, al cuerpo y al cosmos, son claramente expresados por Buda en el discurso menor a Malukya, encontrado en los Majjhima Nikaya (discursos de Buda de longitud media) del Majjhimapasa. El Discurso a Malukya “Malukya Sutta” dice como sigue:

Así lo he escuchado:

En una ocasión, el Bhagava “El Uno Bendecido” se hallaba descansando en el monsaterio Jevata de Anathapika, en Savatthi. Entonces, al Venerable Malukyaputta, quien en ese tiempo se había retirado en soledad para meditar, se le ocurrió este pensamiento:

«Existen varios puntos de vista (1) que el Bhagava no ha expuesto, que ha dejado de lado y que ha declinado explicar. Estas cuestiones son si “el mundo es eterno” o si “el mundo no es eterno”, si “el mundo es finito” o si “el mundo es infinito”, si “el alma es lo mismo que el cuerpo” o si “el alma es una cosa y el cuerpo otra”, si “un ser sintiente (3) existe tras la muerte” o si “un ser sintiente no existe tras fallecer”, si “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte” o si “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”. El Bhagava no me explicó estos puntos de vista. Por lo tanto, no me siento complacido. No me gusta. Me acercaré al Bhagava y le preguntaré sobre estas materias, y si el Bhagava “El Uno Bendecido” me declara que “el mundo es eterno” o que “el mundo no es eterno”, que “el mundo es finito” o “el mundo es infinito”, que “el alma es lo mismo que el cuerpo” o que “el alma es una cosa y el cuerpo otras”, que “un ser sintiente existe tras la muerte” o que “un ser sintiente no existe tras fallecer”, que “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte” o que “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, seguiré la Noble Práctica de la Pureza bajo el Bhagava. Sin embargo, si él no me explica si “el mundo (2) es eterno” o si “el mundo no es eterno”, si “el mundo es finito” o si “el mundo es infinito”, si “el alma es lo mismo que el cuerpo” o si “el alma es una cosa y el cuerpo otra”, si “un ser sintiente (3) existe tras la muerte” o si “un ser sintiente no existe tras fallecer”, si “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte” o si “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, abandonaré el adiestramiento como Bhikku y regresaré a la humilde vida de un hombre laico».

Luego, cuando empezó a atardecer, el Venrable Malukyaputta salió de su retiro en soledad y se aproximó al Bhagava. Después de inclinarse ante él, se sentó en un lugar apropiado y se dirigió al Bhagava de esta forma:

«Venerable Señor, mientras meditaba en retiro, me ocurrió algo. Existen estos puntos de vista que el Bhagava no ha expuesto, ha dejado de lado y ha declinado explicar. Estas cuestiones son si “el mundo es eterno” o si “el mundo no es eterno”, si “el mundo es finito” o si “el mundo es infinito”, si “el alma es lo mismo que el cuerpo” o si “el alma es una cosa y el cuerpo otra”, si “un ser sintiente existe tras la muerte” o si “un ser sintiente no existe tras fallecer”, si “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte” o si “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”. El Bhagava no me explicó estos puntos y no me siento complacido. No me gusta. Me acercaré al Bhagava y le preguntaré sobre estas materias, y si el Bhagava me manifiesta que “el mundo es eterno” o que “el mundo no es eterno”, que “el mundo es finito” o “el mundo es infinito”, que “el alma es lo mismo que el cuerpo” o que “el alma es una cosa y el cuerpo otras”, que “un ser sintiente existe tras la muerte” o que “un ser sintiente no existe tras fallecer”, que “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte” o que “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, seguiré la Noble Práctica de la Pureza bajo el Bhagava. Sin embargo, si él no me explica si “el mundo (2) es eterno” o si “el mundo no es eterno”, si “el mundo es finito” o si “el mundo es infinito”, si “el alma es lo mismo que el cuerpo” o si “el alma es una cosa y el cuerpo otra”, si “un ser sintiente (3) existe tras la muerte” o si “un ser sintiente no existe tras fallecer”, si “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte” o si “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, abandonaré el adiestramiento como Bhikku y regresaré a la humilde vida de un hombre laico. Si el Bhagava sabe que “el mundo es eterno”, que el Bhagava me diga: “el mundo es eterno”. Si el Bhagava sabe que “el mundo no es eterno”, que el Bhagava me diga: ‘el mundo no es eterno’. Si el Bhagava no sabe si “el mundo es eterno o el mundo no es eterno” será sincero y honesto para uno que no sabe ni ve decir: “no lo sé. No lo veo”».

«Si el Bhagava sabe que “el mundo es finito”, que el Bhagava me diga: “el mundo es finito”. Si el Bhagava sabe que “el mundo es infinito”, que el Bhagava me diga: “el mundo es infinito. Si el Bhagava no sabe si “el mundo es finito” o si “el mundo es infinito”, será lo más honesto para quien no sabe ni ve el decir: “No sé, no veo”. Si el Bhagava sabe que “el alma es lo mismo que el cuerpo”, que el Bhgava Me diga “el alma es lo mismo que el cuerpo”. Si el Bhagava sabe que “el alma es una cosa y el cuerpo otra”, que el Bhagava me diga “el alma es una cosa y el cuerpo otra”. Si el Bhagava no sabe si “el alma es lo mismo que el cuerpo” o si “el alma es una cosa y el cuerpo otra”, será honesto para quien no sabe ni ve el decir: “No sé, no veo”. Si el Bhagava sabe que “un ser sintiente existe tras la muerte”, que el Bhagava me diga: “un ser sintiente existe tras la muerte”. Si el Bhagava sabe que “un ser sintiente no existe tras fallecer”, que el Bhagava me diga: “un ser sintiente no existe tras fallecer”. Si el Bhagava no sabe si “un ser sintiente existe tras la muerte” o si “un ser sintiente no existe tras fallecer”, será honesto para quien no sabe ni ve decir: “No sé, no veo”. Si el Bhagava sabe que “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte”, que el Bhagava me diga “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte”. Si el Bhagava sabe que “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, que el Bhagava me diga: “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”. Si el Bhagava No sabe si “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte” o si “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, será honesto para quien no sabe ni ve el decir: No sé, no veo”.»

«¡Malukyaputta! ¿Te he dicho alguna vez: “Ven Malukyaputta, adopta la Noble Práctica bajo mi guía y yo te diré que el mundo es eterno o que el mundo no es eterno, que el mundo es finito o que el mundo es infinito, que el alma es lo mismo que el cuerpo o que el alma es una cosa y el cuerpo otra, que un ser sintiente existe tras la muerte o que un ser sintiente no existe tras fallecer, que un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte o que un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer?»

«No Venerable Señor»

«¿Y me has dicho tú alguna vez: “¡Venerable Señor! Adoptaré la Noble Práctica bajo la tutela del Bhagava si el Bhagava me dice que el mundo es eterno o que el mundo no es eterno, que el mundo es finito o que el mundo es infinito, que el alma es lo mismo que el cuerpo o que el alma es una cosa y el cuerpo otra, que un ser sintiente existe tras la muerte o que un ser sintiente no existe tras fallecer, que un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte o que un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer?”».

«¡No, Venerable Señor!».

«¡Malukyaputta! ¿Te he dicho alguna vez: “Ven Malukyaputta, adopta la Noble Práctica bajo mi tutela, y yo te diré que el mundo es eterno o que el mundo no es eterno, que el mundo es finito o que el mundo es infinito, que el alma es lo mismo que el cuerpo o que el alma es una cosa y el cuerpo otra, que un ser sintiente existe tras la muerte o que un ser sintiente no existe tras fallecer, que un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte o que un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer?”. Tampoco tú me has dicho: “Adoptaré la Noble Práctica bajo la guía del Bhagava si el Bhagava me dice que que el mundo es eterno o que el mundo no es eterno, que el mundo es finito o que el mundo es infinito, que el alma es lo mismo que el cuerpo o que el alma es una cosa y el cuerpo otra, que un ser sintiente existe tras la muerte o que un ser sintiente no existe tras fallecer, que un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte o que un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”. Siendo así, oh hombre vacío, despójate de cualquier oportunidad para magga (4), puesto que ¿quién es para repudiar a quién?»

«¡Malukyaputta! Si alguien dijera: “No adoptaré la Noble Práctico bajo la guía del Bhagava hasta que el Bhagava me diga que el mundo es eterno o que el mundo no es eterno, que el mundo es finito o que el mundo es infinito, que el alma es lo mismo que el cuerpo o que el alma es una cosa y el cuerpo otra, que un ser sintiente existe tras la muerte o que un ser sintiente no existe tras fallecer, que un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte o que un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, perdería su vida antes de que lograra tal declaración, pues el Tathagata nunca lo declara».

«¡Malukyaputta! Supón que un hombre fuese disparado con una flecha densamente envenenada, entonces sus amigos, compañeros, familiares y seres queridos podrían traer a un cirujano que pudiera sacarle la flecha. Entonces, el hombre herido podría decir: “No dejaré que me saquen la flecha hasta que sepa si el hombre que me disparó pertenece a la clase gobernante, o a la de los Brahmines, o a la clase de los comerciantes o a la clase trabajadora”».

«O el hombre herido podría decir: “No dejaré que saquen la flecha hasta que no sepa el nombre y el linaje del hombre que me disparó con ella”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si el hombre que me disparó con ella es alto o bajo o de estatura media”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si el hombre que me disparó con ella es de piel negra, morena o morena oscura”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si el hombre que me disparó con ella pertenece a esta localidad, a este pueblo o a esta ciudad”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si el arco con el que fui disparado es un arco largo o es una ballesta”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si la cuerda del arco con el que fui disparado está hecha de suave fibra de bambú, o de heno, o de hoja de enredadera”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si el astil del arco con el que fui disparado está hecho de la corteza de un arbusto salvaje o cultivado”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si el astil fue rematado con las plumas de un cuervo, de una garza, de un halcón, de un pavo real, o de un pájaro de ‘mandíbula floja’ (5) ”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si el astil se ató con el tendón de un buey, de un búfalo, de un oso o de un mono”. O el hombre herido podría decir: “No dejare que saquen la flecha hasta que no sepa si la empuñadura del arco es corriente, si está ribeteada con una cuchilla, si está hecha de forma que penetre la oreja, si está punteada con un punto de hierro, con dientes de becerro o con forma de hoja de adelfa. Malukyaputta, ese hombre moriría sin siquiera encontrar respuesta a tales cosas. Del mismo modo, Malukyaputta, si una persona dijera: “Adoptaré la Noble Práctica bajo la guía del Bhagava, si el Bhagava me dice que que el mundo es eterno o que el mundo no es eterno, que el mundo es finito o que el mundo es infinito, que el alma es lo mismo que el cuerpo o que el alma es una cosa y el cuerpo otra, que un ser sintiente existe tras la muerte o que un ser sintiente no existe tras fallecer, que un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte o que un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, esa persona moriría antes de lograr escuchar esa declaración, pues un Tathagata nunca lo declararía”.

«Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “el mundo es eterno” ¡No se podría! Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “el mundo no es eterno”? ¡No se podría! ¡Malukyaputta! Tanto si se piensa que “el mundo es eterno”, como si se piensa que “el mundo no es eterno”, el hecho es que hay nacimiento, hay envejecimiento, hay muerte y que hay pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación, la destrucción de los cuales, en esta vida, yo declaro..Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “el mundo es finito”? ¡No se podría! Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “el mundo es infinito”? ¡No se podría! ¡Malukyaputta! Tanto si se piensa que “el mundo es finito”, como si se piensa que “el mundo es infinito”, el hecho es que hay nacimiento, hay envejecimiento, hay muerte y hay pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación, la destrucción de los cuales, en esta misma vida, yo declaro».

« Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “el alma es lo mismo que el cuerpo”? ¡No se podría! Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “el alma es una cosa y el cuerpo es otra”? ¡No se podría! ¡Malukyaputta! Tanto si se piensa “el alma es lo mismo que el cuerpo”, como si se piensa “el alma es una cosa y el cuerpo es otra”, el hecho es que hay nacimiento, hay envejecimiento y hay muerte, y que hay pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación, la destrucción de los cuales, en esta misma vida, yo declaro. Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “un ser viviente existe tras la muerte”? ¡No se podría! Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “un ser sintiente no existe tras fallecer”? ¡No se podría! ¡Mlukyaputta! Tanto si se piensa que “un ser sintiente existe tras la muerte”, como si se piensa que “un ser sintiente no existe tras fallecer”, el hecho es que hay nacimiento, hay envejecimiento y hay muerte, que hay pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación, la destrucción de los cuales, en esta misma vida, yo declaro».

« Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte”? ¡No se podría! Malukyaputta, ¿Se podría llevar la Noble Práctica mientras uno tiene la idea de que “Un ser sintiente tanto ni existe como existe tras fallecer”? ¡No se podría! ¡Malukyaputta! Tanto si se piensa que “un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte” o si se piensa que “un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer”, el hecho es que hay nacimiento, hay envejecimiento y hay muerte, y que hay pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación, la destrucción de los cuales, en esta misma vida, yo declaro».

Por lo tanto, Malukyaputta, todos vosotros tened en mente como no declarado lo que no declaro y lo que declaro, como declarado. Asimismo, Malukyaputta, yo no declaro que el mundo es eterno, ni tampoco declaro que el mundo no es eterno. No declaro que el mundo es finito, ni tampoco declaro que el mundo es infinito. No declaro que el alma es lo mismo que el cuerpo, ni tampoco declaro que el alma es una cosa y que el cuerpo es otra. Yo no declaro que un ser sintiente no existe tras la muerte, ni tampoco declaro que un ser sintiente tanto existe como no existe tras fallecer. Yo no declaro que un ser sintiente tanto existe como no existe tras la muerte, ni tampoco declaro que un ser sintiente tanto no existe como existe tras fallecer. ¿Por qué, Malukyaputta, no hago este tipo de declaración? En realidad, Malukyaputta, porque no se halla en consonancia con el propio beneficio. Ni siquiera es el principio (6) de la Noble Práctica. Tampoco conduce a la desilusión respecto a los cinco khandhas (7), al abandono del apego (raga), a la cesación del sufrimiento (dukkha), a la extinción de las impurezas, al logro de una apercepción especial (abhiñña), i.es, conocimiento interior, a la realización de las Cuatro Verdades Arya (8), a la realización del Nibbana (9). Por lo tanto, no hago ese tipo de declaración».

«¡Malukyaputta! ¿Qué es entonces lo que declaro? Yo declaro lo que es el sufrimiento (dukkha). Yo declaro lo que es la cesación del sufrimiento. Yo declaro cuál es el camino que conduce a la cesación del sufrimiento. ¿Por qué, Malukyaputta, hago este tipo de declaración? En realidad, porque se halla en conformancia con el beneficio de uno. Es el principio de la Noble práctica. Conduce a la desilusión respecto a los cinco khandhas, al abandono del apego (raga), a la cesación del sufrimiento (dukkha), a la extinción de las impurezas, al logro de una apercepción especial (abhiñña), i.e., conocimiento interior, a la realización de las Cuatro Verdades Arya (8), a la realización del Nibbana. Es por esto que hago esta declaración. Así pues, Malukyaputta, tened en mente como no declarado lo que yo no declaro, y lo que declaro, como declarado».

Así habló el Bhagava y, deleitado, el Venerable Malukyaputta se regocijó en las palabras pronunciadas por éste. Evidentemente, Buda Gotama se negó a responder este tipo de preguntas porque eran vanas y carecían de sentido para conseguir la extinción del sufrimiento.

De acuerdo a las enseñanzas de Buda, el universo físico se extiende infinitamente, sin principio alguno en el tiempo y sin ningún tipo de límite en las dimensiones espaciales. Los conceptos budistas sobre el universo pueden resumirse de la siguiente manera.

Existe el universo de espacio (Akasa Loka), que acomoda tanto a la mente como a la materia (Nama y Rupa). En este mundo físico, la mente y la materia predominan bajo la influencia de la ley de causa y efecto. A continuación se halla el universo de las fuerzas mentales (Sankara Loka), creativas o creadas. Este es un plano mental que emerge de las energías creativas de la mente a través del medio de las acciones, palabras y pensamientos corporales. El tercero y último es el universo de los seres sintientes (Satta Loka), visible o invisible, que son los productos de estas fuerzas mentales. Podemos mejor hablar de un universo “tres en uno”, porque cada universo es inseparable de los otros. Estas, por así decirlo, entretejidos y son interdependientes entre sí.

Los sistemas planetarios (Çakkavalas)

Lo que le interesa a la mayoría de la gente son los sistemas de mundos (Çakkavalas). Existen por todo el universo, como olas en un vasto océano. Las fuentes más antigüas del Budismo (Theravada), al igual que el Budismo Vajrayana, representan el universo en términos de Çakkavalas: un solo y circular sistema de mundo, rodeado por una montaña de hierro (çakravala, con r), de donde deriva su nombre. Por encima de la superficie circular hay una serie de cuatro meditaciones (jhana) o “reinos de meditación”. Las sucesivas divisiones de los reinos de meditación son divididas en cielos. Lograr el desapego de todos los reinos de meditación precisamente a través de la práctica de la meditación y obtener la visión interna le conducen a uno hacia la extinción de toda clase de sufrimiento.

Cada sistema atraviesa ciertos estados de desarrollo. Emerge de un estado de materia indiferenciada y gradualmente se solidifica y toma forma, dando lugar a mundos como galaxias, que sostienen vida inteligente. Cada sistema planetario evoluciona hasta alcanzar un punto máximo de desarrollo. De ahí, comienza a deteriorarse. Al final, se desintegra y sufre una completa destrucción hasta que de nuevo se reduce a materia indiferenciada.

El tiempo de vida de un sistema planetario desde el momento en que evoluciona hasta el momento en que es totalmente destruido se denomina Kappa (10), un Eón, en Pali, y Kalpa, en Sánscrito. Esta es la unidad de tiempo de la medida cósmica, una unidad de tiempo de inmensa duración, una duración que resulta asombrosa para la mente. Los primeros textos budistas dan un símil para ilustrar el tiempo ocupado por un kappa.

En una ocasión, un monje se acercó a Buda y le preguntó: “Venerable Señor, ¿puedes por favor explicarme la longitud de un kappa?”. “No es fácil dar una figura que permita conocer la longitud de un kappa”, respondió Buda. Entonces, el monje preguntó: “Bien, ¿puedes darme un ejemplo?” Buda contestó: “Sí, te podré un ejemplo. Supón que hay una montaña de un yojana (11) de ancho y que una vez cada cien años, un hombre se acerca con una pieza de tela hecha de seda, de una seda muy fina y cepilla con ella la montaña. Tarde o temprano, el hombre desgastará la montaña entera de sólida roca, pero el kappa aún no habrá alcanzado su fin”. Tal es la longitud de un kappa.

Planos de existencia

Dentro de cada sistema planetario existente a lo largo de un kappa hay treinta y un planos de existencia. Cada sistema planetario corresponde al mundo humano, con su sistema solar y otros planos de existencia. Existen millones y millones de estos sistemas planetarios. Los más cercanos a nosotros se encuentran dentro del campo de origen (jati-khetta) de un Buda. De hecho, cuando el renombrado discurso “Maha Samaya”, que significa “la Gran Ocasión”, fue predicado por Buda en el Mahavana (bosque), cerca de la localidad de Kapila Vattu, no sólo los Brahmas y Devas (seres celestiales) de nuestro sistema planetario, sino de todos los diez mil sistemas planetarios, se hallaban presentes para escuchar las enseñanzas. Buda también puede enviar sus olas de pensamiento cargadas con amor y compasión ilimitados a los seres sintientes de cientos de esos sistemas planetarios dentro del campo de influencia (Anakhetta). Hay muchos otros sistemas dentro del espacio (Visaga Khetta) más allá del alcance de las olas efectivas de pensamiento de Buda. A partir de estos conceptos del Budismo, es casi imposible imaginar el tamaño del universo entero.

Según las enseñanzas de Buda, los treinta y un planos de existencia en nuestro sistema planetario, como en cualquier otro, están generalmente agregados en planos, tal y como se explica a continuación:

1. Los mundos sensuales (Kama Loka), que comprenden seis mundos celestiales (Devas (12)), el mundo humano y los cuatro mundos inferiores. (Ver tabla al final del capítulo).

2. Los mundos materiales finos (Rupa Loka) de los Brahmas, que engloba los dieciséis mundos Brama de los estados de fino material. (Ver tabla al final del capítulo).

3. Los mundos inmateriales (Arupa Loka) de los Brahmas, que abarcan los cuatro mundos de los Brahmas de estado inmaterial, es decir, sin materia (Rupa). (Ver tabla al final del capítulo).

Estos planos de existencia pueden ser puros o impuros, fríos o calientes, luminosos u oscuros, ligeros o pesados, agradables o desdichados, según sea el carácter de las fuerzas mentales generada por la mente en la voluntad (Çetana) de las series de acciones, palabras o pensamientos. Por ejemplo, en el caso de un hombre religioso que inunda todo el universo de seres con amor y compasión ilimitados, debe generar fuerzas mentales que son puras, refrescantes, luminosas, ligeras y agradables, fuerzas que normalmente se instalan en los mundos de Brahma. El caso opuesto es un hombre que se encuentra insatisfecho o enfurecido. Como afirma el dicho: “El rostro es el indicador de la mente”. Por lo tanto, la impureza, el calor, la oscuridad, la pesadez y la miseria mentales quedan inmediatamente reflejadas en la persona, de una forma bastante visible incluso para el ojo físico. Esto es debido a la generación de fuerzas mentales negativas o ira (Dosa). El odio desciende hasta el mundo inferior de la existencia. Este es también el caso de las fuerzas mentales que surgen a partir de la avaricia (Lobha) o de la ilusión (Moha). En el caso de los actos meritorios, tal como la devoción, la moralidad y la generosidad, que tienen en su base el apego al futuro bienestar, las fuerzas mentales generadas estarán normalmente localizadas en el plano sensual de los seres celestiales (Devas) y de la humanidad.

Si miramos con mayor detalle a estos treinta y un planos de existencia, tal y como se establecen en las enseñanzas de Buda, encontramos las que aparecen a continuación.

1. Los Mundos Sensuales (Kama Loka)

En los mundos sensuales relativos a los reinos inferiores o planos miserables (Aphaya Bhami), encontramos el término apaya, que literalmente significa eso que se halla privado (apa) de felicidad (aya). Estos son los reinos donde los seres malvados renacen como consecuencia de sus viles actos.

Los planos miserables abarcan los siguientes:

El infierno, niraya, es el plano más bajo de existencia en el cosmos Budista, el plano del sufrimiento más intenso. Se dice que los seres en el infierno tienen que sufrir los resultados de sus malvados actos desde el principio de sus vidas hasta el final, sin un momento de respiro. Los comentaristas afirman que existen ocho grandes infiernos de creciente intensidad de tormento. Estos son Sañjiva, Kalasutta, Sanghata, Roruva, Maha Roruva, Tapana, Maha Tapana y Aviçi. Sus causas de origen son diversas. Por ejemplo, Sañjiva es resultado de la ira, la crueldad y la maldad. Del mismo modo, Kalasutta es un reino del infierno que emana de la tortura y el asesinato de hombres espirituales, monjes o ermitaños, mientras que el infierno Sanghata está causado por las creencias erróneas. Roruva existe debido al asesinato de seres poniéndolos sobre llamas, agua hirviendo o aceite. Maha Rorura ocurre debido a la destrucción y robo de las propiedades de las Tres Gemas (Buda, Dharma y Sangha). Tapana surge de la creencia errónea, en la que el mérito y el demérito carecen de resultado y Maha Tapana debido a la opinión errónea de que no existen causa y efecto, es decir, que los méritos y deméritos no deben practicarse puesto que no hay causa y efecto. Finalmente, Aviçi existe debido a la comisión de parricidio, matricidio o asesinato de Arahats, a la lesión a un Buda, a la creación de un cisma entre la Sangha o a la destrucción de un árbol Bodhi o de imágenes de Buda debido a la ira. De todos los infiernos, Aviçi es el más bajo y terrible. Cada gran infierno está rodeado en cada uno de sus cuatro lados por cinco infiernos menores, haciendo un total de 168 infiernos. El tiempo de vida varía en cada uno de ellos.

Otro mundo sensual es el reino animal, Tiracchana. En Budismo, se mantiene que el reino animal es un plano miserable en el que los seres pueden renacer como resultado de un mal karma. Según Buda, los seres humanos que han cometido actos malvados pueden renacer como animales. Del mismo modo, como resultado de algún buen karma acumulado, los animales pueden renacer como seres humanos o incluso como dioses en el mundo celestial (13). Aunque el reino animal no implica tanto sufrimiento como el infierno, se incluye en los planos miserables porque no provee las condiciones adecuadas para realizar actos meritorios. El tiempo de vida en este tipo de reino es de un máximo de un antarakappa (14).

Está también la esfera de los Petas. El término peta, a menudo traducido como “fantasma hambriento”, se refiere a una clase de seres que se hallan atormentados por intenso hambre y sed, al igual que por otras afliciones de las que no pueden encontrar alivio. Los petas no tienen mundo propio. Viven en el mismo mundo de los seres humanos —«en bosques, pantanos, cementerios, etc.— aunque permanecen invisibles a los humanos, excepto cuando se exhiben o son percibidos por aquellos con visión divina.

Otro reino más es el que acoge a los Asuras. El término asurase traduce a menudo como “titán”, que se usa para referirse a las varias clases de seres. Como reino dentro del plano miserable, los comentaristas identifican a los asuras con un grupo de espíritus atormentados similares a los petas. Estos asuras se distinguen de los asuras que combaten a los dioses del Cielo Tavatimsa, incluidos dentro de los dioses Tavatimsa.

Como se ha mencionado previamente, el mundo sensual (kama loka), también engloba al reino humano y a los seis reinos celestiales, todos ellos clasificados como el plano sensual y bienaventurado (kamasugatibhomi).

El mundo humano se denomina manussa. La palabra manussa literalmente quiere decir aquellos que tienen mentes agudas y desarrolladas. Puesto que la mente humana es muy aguda, esto hace a los humanos mucho más capaces de sopesar las acciones morales e inmorales que otras clases de seres vivos. La mente humana es capaz de desarrollarse hasta alcanzar la condición de Buda y también de cometer crímenes tan serios como los de matricidio y parricidio. El reino humano es una mezcla de dolor y placer, sufrimiento y felicidad. Esto es así porque ofrece la oportunidad de alcanzar la más alta felicidad, que se considera un reino de bienaventuranza con un espacio de vida que es indefinido.

Los siguientes seis reinos son las esferas sensuales de los cielos, o planos de seres celestiales. Todos los actos, las palabras o los pensamientos buenos o meritorios que tienen una traza de deseo respecto al futuro bienestar crean una fuerza mental que es pura, luminosa, agradable y ligera. Esto encuentra su ubicación en los altos planos de los seres celestiales, donde la materia es fina, luminosa, agradable y ligera. Estos seres celestiales tienen cuerpos astrales que varían en cuanto a fineza, luminosidad y color, de acuerdo a los planos a los que pertenecen. Ellos viven normalmente en bienaventuranza celestial hasta que sus propias fuerzas morales mentales se consumen, tras lo que ellos regresan a los planos de existencia inferiores. Estos planos implican un tiempo de vida mayor que el del mundo humano y una más rica variedad de placer sensual que, sin embargo, son inevitablemente impermanentes. Estos seis reinos engloban los que aparecen a continuación.

El reino de los Cuatro Grandes Reyes (cielo Çaturmaharajika) tiene cuatro divisiones que se corresponden con las cuatro direcciones. Cada una está gobernada por su propia deidad guardiana y está habitada por una clase diferente de semidioses. Al Este, el divino Rey Dhatarattha gobierna sobre los gandhabbas, los músicos celestiales. Al Sur, Virujhaka preside sobre los kumbandas, cuidadores de los bosques, montañas y tesoros ocultos. En la región del Oeste, la divinidad Virupakkha gobierna sobre las nagas, semidioses con forma de dragones. Por último, en las regiones del Norte vive Vessavana, gobernador de los yakkahas o espíritus. En este reino el tiempo de vida es de 500 años celestiales (9 millones de años humanos). Un solo día equivale a 50 años de la vida humana.

A continuación se encuentra el reino de los Treinta y Tres Dioses. Este cielo, Tavatimsa, se llama así porque de acuerdo a la leyenda, un grupo de treinta y tres hombres de mente noble, quienes habían dedicado sus vidas al bienestar de otros, renacieron aquí como la deidad que presidía con treinta y dos asistentes. El jefe de este reino es Saca, también conocido como Indra, quien reside en el Palacio Vajrayanta el la capital del reino, Sudassana. La primera tierra que aparecer en un nuevo periodo del mundo es Tavatimsa, con Indra, treinta y dos devas conductores, sus seguidores y asuras, todos ellos devas (devas Bhummatta), que residen en templos, casas, montañas, ríos océanos etc. Aparecen junto con devas (devas Akasattha), con mansiones celestiales en el aire. El tiempo de vida de los seres en Tavatimsa es de 1000 años celestiales, que equivale a unos 36 millones de años humanos. Un solo día en Tavatimsa equivale a 100 años humanos.

En el reino de los dioses Yama, pertenece a los devas que se hallan rodeados de una gran felicidad y que están presididos por su gobernante, el divino rey Suyama o Yama. Los devas viven alejados de las dificultades y gozan de felicidad psíquica. Su tiempo de vida es de 2000 años celestiales (144 millones de años humanos). Un día celestial es igual a 200 años humanos.

El delicioso reino Tusita es la residencia de un Bodhisatva en su última existencia antes de alcanzar la condición de Buda en el reino humano. El tiempo de vida es de 4000 años celestiales, unos 576 millones de años humanos. Un solo año celestial equivale a 600 años humanos.

Los dioses en el cielo Nirmanarati tienen el poder de crear objetos de gozo sensual sólo a través del pensamiento y de acuerdo a su deseo. Disfrutan de cualquier objeto que han creado para ellos mismos a través de sus cinco sentidos. Su tiempo de vida es de 8000 años celestiales, unos 2304 millones de años humanos. Un solo día celestial aquí es igual a 800 años humanos.

Los dioses de Paranimitavasatti, el último de los planos de bienaventuranza sensual, es un reino cuyos seres no pueden crear objetos, como se ha mencionado previamente es el cielo Nirmanarati, pero controlan objetos de disfrute creados para su uso por sus asistentes. Su tiempo de vida es de 1.600 años celestiales (9216 millones de años humanos). Un solo día corresponde a 1.600 años humanos.

En los siguientes planos de existencia están los mundos finos materiales (Rupa Loka), con dieciséis mundos de Brahma, y el mundo inmaterial (Arupa Loka), que abarca cuatro mundos de Brama de estados inmateriales. Todos se hallan más allá del nivel de la sensualidad. Amor Supremo, Compasión Suprema, Alegría Suprema y Ecuanimidad Mental Suprema son las cuatro cualidades que general fuerzas mentales trascendentalmente puras, brillantes y extremadamente calmadas y ligeras, que encuentran su lugar en los planos de existencia más elevados. Esto es por lo que en estos planos la materia es super fina y no hay nada más que luminosidad. Aquí, los vehículos o cuerpos de los Brahmas no pueden identificarse con la materia, sino con la luz.

2. Los Mundos Materiales Tenues (Rupa Loka)

Los mundos materiales tenues (Rupa Loka) previamente mencionados, pueden comprender dieciséis planos, que son los reinos de renacimiento para aquellos que son los reinos de renacimiento para aquellos que durante su periodo de vida han desarrollado alguno de los cinco jhanas materiales, y que en el momento de la muerte todavía poseen ese jhana, en el sentido que todavía tienen acceso potencial a él, no habiéndolo perdido debido a la negligencia y obsesión por estados obstructivos.

Brevemente, estos estados son los siguientes:

El primer plano jhana se halla constituido por el Reino del Séquito de Brama, el Reino de los Ministros de Brama y el Reino de Maha Brama. Hasta este nivel, los seres están dominados por la lujuria y su periodo de vida corresponde a 1/3 de incalculable Eón, ½ incalculable Eón, y un gran Eón, respectivamente.

El segundo plano jhana está constituido por el Reino del Lustre Menos, el Reino del Lustre Infinito y el reino del Lustre Radiante. Hasta este nivel, los seresestán dominados por el odio y su tiempo de vida es de 2,4 y 8 gran Eones, respectivamente.

El tercer plano jhana se halla integrado por el Reino del Aura Menor, el reino del Aura Infinita y el reino del Alma Quieta. Hasta este nivel, los seres se dejan dominar por la ilusión, y su periodo de vida es de 16, 32 y 64 grandes Eones, respectivamente.

El cuarto plano jhana está compuesto del Reino de la Gran recompensa y del Reino de los Seres No Perspicaces, ambos con un tiempo de vida de 500 grandes Eones. En el cuarto plano jhana de existencia también se encuentran los cinco reinos del renacimiento, sólo abierto al no regreso, (anagami) nobles discípulos que han alcanzado el tercer estado de Arya (15) (santidad). Aquellos que nacen en estas moradas nunca regresan a los reinos inferiores, sino que logran alli la liberación final. Estos reinos también se llaman las Moradas Puras (suddhavasa) y son el Reinos Perdurable, el Reino Sereno, el Reino Hermoso, el Reino de Visión Clara y el Reino Más Elevado. Sus tiempos de vida son de 1.000, 2.000, 4.000, 8.000 y 16.000 grandes eones, respectivamente.

En las Moradas Puras no se encuentran seres mundanos, se hallan quienes entran en la corriente (16) o los que regresan una vez (17) (sakadagami).

Los Unos Nobles (18) no se hallan en el Reino no-percipiente o en los planos miserables. En otros planos se encuentran tanto nobles como innobles.

3. Los Mundos Inmateriales (Arupa Loka)

Los Mundos Inmateriales (Arupa Loka) de Brahmas son reinos informes en los que sólo la mente existe. Aquí se encuentran planos de renacimiento para aquellos que en el momento de morir poseyeron un logro meditativo inmaterial. Cada logro inmaterial conduce al renacimiento en el correspondiente reino, que puede ser uno de los siguientes: El Reino del Espacio Infinito, El Reino de la Conciencia Infinita, El Reino de la Nada o el Reino Ni de la Percepción ni de la No Percepción. El tiempo de vida de estos reinos es de 20.000, 40.000, 60.000 y 84.000 gran Eones, respectivamente.

Todos estos planos están habitados por seres vivos, como se ha descrito previamente. El Samsara (19) consta de todos estos planos de existencia. La vida del Samsara está sujeta a las mismas leyes: la ley de la impermanencia y la ley de surgir y morir. Del mismo modo que los sistemas planetarios llegan a ser, se disuelven y perecen, también los seres vivos se hallan atrapados en este mismo ciclo de llegar a ser y pasar a través de la cadena del renacimiento, vinculando juntas innumerables existencias, atravesando el mismo ciclo del nacer, crecer, envejecer y morir una y otra vez. Esta ronda de llegar a ser, la ronda de los renacimientos, se llama Samsara, el vagar en el ciclo de la existencia. Los seres surgen en un plano de existencia y permanecen allí por la duración de su tiempo de vida. Luego, dejan el cuerpo para renacer en algún otro plano. Así, toda la vida se halla atrapada en el ciclo del surgir y morir.

Por esta razón, cada plano de existencia es visto como fundamentalmente insatisfactorio, sujeto al sufrimiento de forma directa o indirecta, tanto en una forma densamente evidente como en una forma sutil u oculta. No existe plano de existencia, incluso los más altos cielos, que no quede abocada al destino de la destrucción. Por lo tanto, cada plano de existencia —los cielos, el renio humano, el mundo inferior— se halla embarcado en el registro del sufrimiento o la insatisfacción, comúnmente denominado Dukkha en Pali.

El Estado Incondicionado

Fuera y más allá de la voluntad de llegar a ser, el universo fenoménico con sus sistemas planetarios, con su surgir y morir, existe un estado incondicionado, un estado de emancipación y de perfecta paz ilimitada. En Pali, este estado se denomina nibbana (20) y en Sánscrito, nirvana. También existe un camino que conduce de un estado a otro, desde la impermanencia y el sufrimiento hasta la naturaleza inmutable, la bienaventuranza y la paz del nibbana. Este es el Óctuplo Camino Noble (21).

En la historia de cualquier sistema planetario en particular, habrá periodos cuando este camino sea conocido y seguido. Habrá gente que practique el camino de la liberación y que alcance el logro del siddhi (22) Supremo del nibbana. Sin embargo, de forma inevitable, también vendrá un tiempo cuando el camino sea descuidado, cuando su conocimiento se marchite de las mentes de la gente, hasta que el camino desaparece y queda perdido. Y cuando el camino se pierde, esta significa la pérdida del camino de la liberación, el camino del nibbana. Entonces, la emancipación de la ronda de existencias se vuelve casi imposible. Se convierte en sólo una leyenda o en un vago sueño de algo en el pasado remoto.

 

Notas

1. Puntos de vista: ditthni gatani, puntos de vista recurrentes a, puntos de vista que se soistienen.

2. Mundo (Loka): aquí significa atta, Ser, Alma.
3. Seres sintientes: El que usa este término concibe los cinco khandas, Sakkaya, que realmente existen como una entidad individual en la forma de “un ser”, tales como un hombre, una mujer, un animal, tú, yo o él, que en realidad y en el análisis final en absoluto existen. Sin embargo, estos términos han de usarse para propósitos convencionales. Esta mala interpretación se basa en la creencia de que hay un atta, Ser o Alma. Esta distorsión se denomina sakkaya ditthi, el punto de vista de que existe una cosa tal como un ser, una entidad individual. Por lo tanto, debido a este error de que existe un ser, una entidad individual, surgen diferentes concepciones. Algunos sostienen el punto de vista de que los seres existen tras la muerte. Esto es sassata ditthi, la concepción de que después de la muerte, la entidad individual continúa existiendo eternamente. Otros creen que los seres no existen tras morir. Esto es uccheda ditthi, la creencia de que tras la muerte se produce la aniquilación de la entidad individual, del Ser. Incluso otros sostienen el punto de vista dual de que los seres tanto existen como no existen tras morir. Esto es ekaçça sassata ditthi, la creencia de que en algunos casos la entidad individual, el Ser, es eterno, y que en otros casos no lo es. Hay además otros que mantienen que los seres ni no existen ni existen tras morir. Esto es amaravikkhepa ditthi, que es simplemente una evasión no concluyente del asunto entre manos, por lo que el que sostiene esta opinión no se compromete con nada definido. El término sakkaya puede ser de alguna forma traducido literalmente como “eso que está encarnado”, y se identifica con los cinco khandas. Estos son el agregado de los fenómenos físicos más los cuatro agregados de los fenómenos mentales. Otro término usado para los cinco khandas es nama-rupa, el complejo de mente y materia.
4. Magga: Literalmente “camino”, es un tipo de conciencia que surge en el logro de la iluminación.
5. Pájaro de “mandíbula floja”: es o una cigüeña o una grulla.
6. El principio: La práctica de moralidad que constituye un prerrequisito de la Noble Práctica.
7. Khandas:  “Uno como su propio refugio”.
8. Cuatro Verdades Arya: Llamadas las Cuatro Noble Verdades, que son: 1. La Verdad del Sufrimiento, 2. La Verdad del Origen del Sufrimiento, 3. La Verdad del Cese del Sufrimiento, 4. La Verdad del Camino que conduce al cese del Sufrimiento.
9. Nibbana: extinción de la avaricia, el odio y la ilusión. Por lo tanto, es un logro. Ver nota 18.
10. Kappa: un Eón. Los textos Budistas hablan de tres clases de Eones: un Eón interino, un Eón incalculable y un gran Eón. Un Eón interino (antarakappa) es el período de tiempo requerido para que el tiempo de vida de los humanos se eleve desde los diez años hasta el máximo de muchos miles de años y que luego regrese de nuevo a diez años . Veinte Eones interinos equivalen a un Eón incalculable (asankhayakkapa) y cuatro Eones incalculables son iguales a una gran Eón (mahakappa).
11. Yojana: una medida de longitud similar a siete millas.
12. Deva: Dios, Ser Celestial.
13. Mundo celestial: el reino de bienaventuranza y placer, en Pali llamado el reino de los devas, quienes residen en el plano sensual bienaventurado (kamasustibhumi). Esta esfera sensorial consiste en once reinos, en el que se incluye el reino humano.
14. Antarakappa: Eón interino. Ver Kappa, nota 5.
15. Arya: noble, el Uno Noble (es decir, aquel que ha logrado el camino).
16. El que entra en la corriente (o el ganador de la corriente): el primer estado de la iluminación.
17. El que regresa una vez: el segundo estado de la iluminación.
18. Los Unos Nobles: Arya.
19. Samsara: existencia cíclica, el ciclo del deseo y el sufrimiento causados por la ignorancia de la verdad última.
20. Nibbana: llamado Nirvana en Sánscrito, es el estado de la total extinción de los defectos, tales como la avaricia, el odio y la ilusión y la meta final del camino del Budismo.
21. El Óctuplo Camino Noble: este es el camino de Buda, entre los extremos de la auto complacencia y la auto mortificación. Se expone en las Cuatro Nobles Verdades, dentro de la Verdad que conduce a la Cesación del Sufrimiento mediante estos medios: 1. el punto de vista correcto (la correcta comprensión), 2. el pensamiento correcto, 3. la palabra correcta, 4. la acción correcta, 5. la forma de vida correcta, 6. el esfuerzo correcto, 7. la atención correcta y 8. la concentración correcta.
22. Siddhi: logro o poder. Puede ser de dos tipos: el tipo corriente, que incluye la influencia mundana o riqueza, y el tipo supremo o especial, que es el logro espiritual, como el de la iluminación.

Bibliografía

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